Inflamación o irritación del tendón, el dolor de la tendinitis se origina en los cordones del tendón, que están formados principalmente por fibras de colágeno. Por tanto, impide a su víctima moverse libremente y requiere reposo y un tratamiento especial. Estrés excesivo, cambios de hábitos, un solo esfuerzo demasiado grande o incluso una mala hidratación o nutrición, la tendinitis se desarrolla en muchas circunstancias. Y, por supuesto, no se tiene piedad con nuestros amigos los animales. La tendinitis también afecta a los animales y, por tanto, es más sutil de detectar. Descifremos el fenómeno en perros y caballos.
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La lesión en sí es un desgarro que puede provocar hinchazón y hemorragia. Existen dos fases principales de la tendinitis: aguda y crónica. La fase aguda puede causar mucho dolor al perro, que responderá cojeando para evitar presionar sobre el dolor. En la fase crónica, el perro cojea cuando realiza un esfuerzo más intenso de lo habitual.
La otra víctima de la tendinitis en los animales de compañía es el caballo. Una vez más, sabiendo que la tendinitis es una lesión compleja y que a menudo tarda mucho tiempo en resolverse, su desarrollo en el animal es un verdadero problema. Aquí será muy importante comprender el dolor y tratarlo de forma eficaz y rápida, ya que el esfuerzo físico del caballo difiere del de otros animales como el perro.
La aparición de una tendinitis puede producirse en varios lugares. Por ejemplo, un choque o un esfuerzo físico demasiado intenso para el caballo, o la multiplicación de las contracciones de un músculo próximo al tendón. También, un mal entrenamiento puede desarrollar un dolor que dará lugar a una tendinitis. Ciertas causas externas pueden desencadenarla fácilmente: un recorte o herraje inadecuado que creará un defecto de plomada.
Entonces, ¿cómo prevenir el dolor en nuestros amigos de cuatro patas? Si ellos pudieran explicárselo. Los perros y los caballos son los animales más afectados por la tendinitis. Pero existen dificultades de comunicación entre usted y ellos. Aquí es donde reside el reto: saber detectar el inicio de una tendinitis en su perro o caballo, o incluso una tendinitis bien establecida o agravada.
Evidentemente, pedir ayuda al veterinario garantizará que el diagnóstico sea correcto y que nuestros compañeros reciban los cuidados adecuados. Aparte del consejo de un especialista, recuerda siempre vigilar al animal durante el ejercicio físico, para asegurarte de que tras un esfuerzo importante o un movimiento concreto no ha chocado. Cuando detecte una tendinitis, obligue al animal a descansar más. Los masajes y los antiinflamatorios le ayudarán a recuperar poco a poco la forma y la energía necesarias. Otros métodos más raros pueden ser eficaces, como el uso de ultrasonidos, osteopatía o hidroterapia.