El pistacho pertenece a la familia de las anacardiáceas. Árbol originario de Oriente Próximo, el Mediterráneo y California, se cultiva por su semilla: el pistacho. Con su color verde brillante, el pistacho es para muchos la magdalena de Proust. Su sabor fino y tranquilizador es un alimento esencial en la cultura culinaria iraní. Además de estas cualidades organolépticas, los pistachos son frutos secos ricos en nutrientes con un perfil nutricional saludable. Contienen fibra y grasas buenas que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares o complicaciones vasculares de la diabetes. Saludables para el corazón y la mente, también contienen carotenoides: luteína y zeaxantina. Junto con el zinc, ayudan a reducir los trastornos de la visión causados por el envejecimiento. En cuanto al envejecimiento, la piel y el cabello se benefician de una renovación de juventud gracias al cobre que llevan los pistachos. Además, la evidencia científica sugiere que los pistachos ayudan a reducir el estrés oxidativo, la inflamación, controlar el peso y los niveles de azúcar en sangre. Nombre latino: Pistacho vera L. Familia botánica: Anacardiaceae. Parte utilizada: Almendra.
Debido a la densidad energética de los Pistachos y a su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados, se definen recomendaciones de consumo diario. En una cura clásica o por placer, una ración de Pistachos se estima en 15 g al día, lo que representa unos 40 Pistachos diarios.
Para aprovechar al máximo sus ventajas, puedes utilizarlas:
Le aconsejamos que los utilice durante la(s) siguiente(s) comida(s) para aprovechar al máximo sus beneficios:
Puedes incorporarlos a las siguientes preparaciones para que sean más fáciles de tomar:
15g de Pistachos contienen una proporción significativa de la Referencia Nutricional Poblacional (RNP) de los siguientes nutrientes Cobre, Fósforo, Vitamina B1 y Vitamina B6. También contienen, en menor medida, proteínas, fibra, potasio, hierro, zinc, magnesio, manganeso, vitamina E y vitamina B9.
Como tales, los pistachos pueden complementar tu dieta sana y variada.
La matriz de los pistachos es rica en antioxidantes (fenoles, vitamina E, zinc, cobre, manganeso). Este efecto ha sido demostrado por análisis científicos: un grupo de individuos que recibió el 20% de su aporte energético diario en forma de Pistachos observó un aumento de su potencial antioxidante sanguíneo.
El control del estrés oxidativo es un punto importante para reducir las consecuencias de las patologías crónicas (dislipidemia y diabetes). Además, estos Pistachos también limitan la absorción del colesterol gracias a su distribución lipídica, sus fibras y sus fitoesteroles. Cuatro estudios han demostrado una reducción significativa del colesterol total tras añadir Pistachos a la dieta. Además, los pistachos reducen la carga glucémica, lo que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. Por lo tanto, pueden contribuir al control de la diabetes.
Los pistachos poseen un complejo protector para los ojos: luteína, zeaxantina y zinc. Estos compuestos se acumulan en los ojos y contribuyen a su protección (luteína y zeaxantina) y funcionamiento (zinc). Al parecer, estos nutrientes reducen la incidencia de la degeneración macular asociada a la edad.
Un estudio científico muestra una disminución de la presión arterial sistólica, con un efecto dependiente de la dosis de consumo de pistacho. Se cree que este efecto se debe al potasio y al bajo contenido en sodio. Además, los pistachos combaten la carencia de vitamina B1, causante de problemas cardíacos (una enfermedad llamada beriberi).
Una dieta pobre en fibra favorece el estreñimiento. Los pistachos son ricos en fibra, restablecen el tránsito intestinal (consulte nuestra guía estreñimiento y dieta).
Los pistachos previenen las carencias de zinc y hierro. Estas carencias perturban el sistema inmunitario. Además, los pistachos contribuyen a la formación y el funcionamiento de las células inmunitarias gracias a las vitaminas B6, B9 y el zinc.
Como parte de una dieta variada y equilibrada, estos nutrientes proporcionan al pistacho beneficios que refuerzan su inmunidad.
En caso de fatiga, opta por los pistachos. Los pistachos contribuyen a las funciones cognitivas y al sistema nervioso, al tiempo que aportan energía al organismo. Todas estas propiedades provienen de sus micronutrientes. Para empezar, previenen las carencias de hierro y zinc, que pueden provocar una disminución de las capacidades cognitivas. Además, participan en la propagación de los impulsos nerviosos y la síntesis de neurotransmisores gracias a sus vitaminas B1, B6 y B9 asociadas al potasio. Por último, como todos los frutos secos, son densos en energía y micronutrientes para el metabolismo energético. Además, aportan micronutrientes conocidos por reducir la fatiga: magnesio, hierro, vitamina B9 y vitamina B6.
Encanecimiento, cabello más fino, uñas delgadas, piel frágil y fina... son evoluciones naturales del envejecimiento. Con la edad, la producción de melanina disminuye. Esta disminución está en el origen de los cabellos blancos, pero también de una disminución de la resistencia de la piel a las agresiones del sol. Los pistachos aportan los micronutrientes necesarios para prevenir y moderar las marcas del tiempo. El aporte de cobre participa en la síntesis de melanina. El zinc refuerza la queratina, proteína que forma el cabello y las uñas. Gracias a su poder antioxidante, los pistachos también previenen las manchas de la edad.
La pérdida de mineralización de los huesos aumenta su fragilidad y el riesgo de fracturas. Los pistachos están llenos de minerales y oligoelementos que se almacenan en los huesos. Esta mineralización refuerza la solidez de los huesos. Al aportar estos minerales, los pistachos contribuyen a la solidez de los huesos, por lo que deben incluirse en una dieta equilibrada.
Una anemia carencial puede deberse a la falta de hierro o de vitamina B9 (consulte nuestras guías: anemia ferropénica y dieta, anemia macrocítica y dieta). Los pistachos aportan ambos nutrientes. Además, la vitamina B6 contribuye a la síntesis de glóbulos rojos. Por último, los pistachos contienen cobre. El cobre mejora el transporte del hierro y, por tanto, su disponibilidad para la síntesis de glóbulos rojos.
Como parte de un estilo de vida saludable, los nutrientes de los pistachos ayudan a prevenir la anemia.
Los pistachos refuerzan la construcción muscular. La vitamina B9 y el magnesio contribuyen a la síntesis de aminoácidos y proteínas. Como los pistachos contienen proteínas, estimulan el anabolismo muscular. Además, los pistachos contienen potasio y magnesio. Éstos previenen los trastornos de la contracción muscular (consulte nuestra guía calambres musculares y dieta). Además, el cobre y el manganeso, también representados en los pistachos, contribuyen a la formación del tejido conjuntivo y, por tanto, a la salud de las articulaciones.
El pistachero es un árbol frutal de la familia de las Anacaridáceas. Originario de Oriente Próximo, se cree que el pistachero es uno de los árboles de frutos secos más antiguos. Los registros arqueológicos datan el primer consumo de pistachos en el año 7000 a.C. en Turquía. El pistachero, que alcanza los 10 m de altura, prefiere los climas cálidos y los suelos secos y arenosos. Por eso, con el aumento de su consumo, se ha extendido fácilmente por el Mediterráneo.
El pistachero puede ser una planta masculina o femenina. Los frutos son drupas ovoides, compuestas de diferentes capas: un pericarpio rojizo que contiene un mesocarpio pulposo, en cuyo centro se encuentra un endocarpio con dos valvas que forman las valvas de la almendra del fruto. El pistacho que comemos es, por tanto, una semilla. Los pistachos crecen en racimos. Se utilizan desde hace mucho tiempo en remedios caseros para diversas dolencias. También forman parte del arte culinario iraní.
El pistacho forma parte de la dieta humana desde hace mucho tiempo. Este pequeño fruto seco verde ha viajado por todas partes antes de convertirse en lo que es hoy. Originario de Oriente Próximo, su consumo fue ganando importancia hasta convertirse en un manjar apreciado por la realeza, los viajeros y los plebeyos.
Se dice que la reina Saba decretó que los pistachos se reservaran para la realeza. Durante los primeros siglos de nuestra era, el pistacho era un alimento popular en Roma. En el siglo XVII, el pistacho llegó a tierras americanas. Se aclimataron en California, que tras muchos experimentos desarrolló una variedad de Pistacho que se diferenciaba sabrosamente del Pistacho iraní.
Hoy en día, los adictos al pistacho se alejan del pistacho de California por su escaso sabor y textura.
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