La macadamia es un árbol frutal tropical de la familia de las proteáceas. Sus frutos, las nueces de Macadamia, son apreciados por su sabor sutil, dulce, parecido a la mantequilla y de textura cremosa. Las nueces de macadamia son frutos secos: se componen principalmente de lípidos. También son las más ricas en energía de todos los frutos secos. Aportan energía al organismo, ayudándole a superar periodos intensos y difíciles. Numerosos estudios científicos han demostrado su valor en la dieta. En particular contra las patologías cardiovasculares: reducen los niveles de colesterol, limitan la formación de placas de ateroma, disminuyen los marcadores de estrés oxidativo, etc. Esta protección cardiovascular se explica por su perfil lipídico y su alto contenido en fibras. Los lípidos y las fibras también influyen en el índice glucémico de las nueces de Macadamia: tienen un índice glucémico bajo. Esto significa que ayudan al organismo a regular los niveles de azúcar en sangre después de las comidas y favorecen la sensación de saciedad. Nombre latino: Macadamia integrifolia Maiden & Betche. Familia botánica: Poteaceae. Parte utilizada: Almendra.
Debido a la densidad energética de las nueces de Macadamia y a su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados, se definen recomendaciones de consumo diario. En una cura clásica o por placer, una ración de nueces de Macadamia se estima en 15 g al día, lo que representa de seis a siete nueces diarias.
Para aprovechar al máximo sus ventajas, puedes utilizarlas:
Le aconsejamos que los utilice durante la(s) siguiente(s) comida(s) para aprovechar al máximo sus beneficios:
Puedes incorporarlos a las siguientes preparaciones para que sean más fáciles de tomar:
15g de nueces de Macadamia contienen una proporción significativa de la Referencia Nutricional Poblacional (RNP) de los siguientes nutrientes Manganeso, Cobre y Vitamina B1. También contienen, en menor medida, proteínas, fibra, potasio, hierro, fósforo, magnesio y vitamina B6.
Como tal, las nueces de macadamia pueden complementar tu dieta sana y variada.
Según la Federación de Diabetes, la diabetes se define como un trastorno de la captación, utilización y almacenamiento del azúcar. Las nueces de macadamia mejoran la gestión del azúcar y previenen las complicaciones vasculares de la diabetes. Gracias a su bajo índice glucémico (presencia de fibra y lípidos), modulan la absorción de azúcares. En cuanto a las complicaciones vasculares, son sus propiedades antioxidantes las que previenen la formación de placas de ateroma. Las nueces de macadamia también modulan los niveles de colesterol: un estudio demuestra que una dieta a base de nueces de macadamia tiene efectos beneficiosos sobre los niveles de colesterol y de colesterol LDL (colesterol malo).
En la mayoría de los casos, el estreñimiento está causado por una dieta pobre en fibra (consulte nuestra guía estreñimiento y dieta). Las nueces de macadamia son ricas en fibra: estimulan el tránsito digestivo.
Las nueces de macadamia previenen los problemas cardiacos. Son naturalmente bajas en sodio y altas en potasio, lo que ayuda a mantener la tensión arterial. Un aumento de la presión arterial obliga al corazón a bombear sangre con más fuerza. A la larga, este esfuerzo extra cansa el corazón. Además, estos frutos secos son ricos en tiamina (vitamina B1). Una carencia de vitamina B1 provoca beri beri, una enfermedad que puede causar el mal funcionamiento del corazón.
Las nueces de macadamia aumentan la vitalidad del organismo. Tienen una energía lipídica: incluso una pequeña cantidad es suficiente para aportar energía. También contienen toda una serie de micronutrientes que contribuyen a la formación de energía: cobre, hierro, magnesio, fósforo y vitaminas B1, B3 y B6. Cuatro de estos micronutrientes son especialmente interesantes: el hierro, el magnesio y las vitaminas B3 y B6. El hierro también contribuye a las funciones cognitivas, lo que hace que estos frutos secos sean más interesantes en épocas de gran actividad intelectual.
En el aspecto psicológico, las nueces de Macadamia no se quedan atrás, ya que la depresión puede estar asociada a trastornos del metabolismo de los neurotransmisores. También a través de estos micronutrientes, a saber, magnesio, cobre y vitaminas B1, B3 y B6, las nueces de Macadamia estimulan la síntesis y activación de determinados neurotransmisores, lo que contribuye a regular el estado de ánimo.
Con la edad, la producción de melanina disminuye. Este pigmento oscuro confiere al cabello su pigmentación y protege la piel de las agresiones del sol. Esta disminución de la producción explica la aparición de cabellos blancos y una tez más apagada. Las nueces de macadamia estimulan la producción de melanina aportando cobre: el cobre interviene en la síntesis de la melanina.
Las líneas de expresión también se beneficiarán de los micronutrientes de las nueces de Macadamia. El cobre y el manganeso contribuyen a la formación de tejido conjuntivo. Este tejido sostiene la piel y ésta se mostrará más flexible y firme.
Las nueces de macadamia participan en la síntesis de la histamina (mediador de las reacciones inflamatorias) gracias a la vitamina B6; y de las células inmunitarias gracias al cobre. Además, aumentan la resistencia a las infecciones por su contenido en hierro.
Las nueces de macadamia contribuyen a un esqueleto fuerte. En efecto, el manganeso, el magnesio y el fósforo se almacenan en los huesos. Aunque son menos importantes que el calcio, ayudan a mantener la estructura ósea. Al aportar estos minerales, las nueces de macadamia contribuyen a la fortaleza de los huesos, por lo que deben incluirse en una dieta equilibrada.
Las nueces de macadamia tienen un efecto preventivo sobre la anemia ferropénica (consulte nuestra guía anemia ferropénica y alimentación). Son portadoras de hierro y vitamina B6. Ambos contribuyen a la formación de glóbulos rojos. Además, junto a ellas se encuentra el cobre. El cobre interviene en el transporte del hierro en el organismo, lo que mejora su biodisponibilidad.
La macadamia es un gran árbol exótico de la familia de las proteáceas. Es originario de las selvas tropicales del este de Australia, por lo que también se le conoce como el nogal de Queensland. Es un árbol frutal de gran tamaño, que alcanza los 15 metros de altura. Las hojas son de color verde oscuro y alargadas. La inflorescencia de la Macadamia forma un largo racimo de unas 200 flores blanquecinas. El fruto de la Macadamia: las nueces de Macadamia, están encerradas en una cáscara muy fuerte y resistente. La Macadamia es un árbol de crecimiento lento que no tolera el frío. Se cultiva en Australia, Hawai y California por sus frutos, su madera y su aspecto decorativo.
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