El girasol es una planta anual de la familia de las Asteráceas. Se cultiva por sus semillas, que se utilizan en diversas industrias: alimentación humana, alimentación animal, energía y química vegetal. Consumimos las semillas de girasol principalmente en forma de aceite vegetal. Sin embargo, la semilla de girasol sin procesar es muy apetecible a nuestros platos, sobre todo si se come cruda. Las semillas de girasol son ricas en ácidos grasos poliinsaturados, con una gran mayoría de omega-6. Se sabe que los omega-6 reducen el nivel de colesterol malo en sangre. Desde el punto de vista micronutricional, esta pequeña semilla nos ofrece una amplia gama de vitaminas, entre ellas la vitamina E. Esta última es la vitamina con mayor poder antioxidante. Su composición nutricional es más que interesante, ya que las pipas de girasol se utilizan en la lucha contra los trastornos del azúcar en la sangre, la contracción muscular, la fertilidad, el tránsito y los trastornos de la piel. Además de sus beneficios para la salud, las pipas de girasol pueden consumirse tostadas para realzar su sabor a nuez. Crudas, son más discretas, pero permiten al organismo beneficiarse de sus innumerables nutrientes. Nombre latino: Helianthus anuus L. Familia botánica: Asteraceae. Parte utilizada: Semilla.
Debido a la densidad energética de las pipas de girasol y a su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados, se definen recomendaciones de consumo diario. Como tratamiento, una ración de pipas de girasol, es decir, 15 g al día, el equivalente a tres cucharaditas.
Para aprovechar al máximo sus ventajas, puedes utilizarlas:
Le aconsejamos que los utilice durante la(s) siguiente(s) comida(s) para aprovechar al máximo sus beneficios:
Puedes incorporarlos a las siguientes preparaciones para que sean más fáciles de tomar:
15 g de pipas de girasol contienen una proporción significativa de la Referencia Poblacional de Nutrientes (PNR) para los siguientes nutrientes: Fibra, Vitamina B1, Vitamina B6, Vitamina B9, Vitamina E, Cobre, Magnesio, Manganeso y Fósforo. También contienen, en menor medida, proteínas, zinc y hierro.
Como tales, las pipas de girasol pueden complementar una dieta sana y variada.
La composición nutricional de las pipas de girasol les permite actuar sobre las principales enfermedades de la civilización: la diabetes y la hipercolesterolemia. Naturalmente ricas en fibra, reducen la absorción de hidratos de carbono y colesterol. Este efecto favorece la gestión del colesterol y de la glucemia por el organismo.
El estreñimiento es consecuencia de una dieta demasiado procesada: con un bajo consumo de fibra (consulte nuestra guía sobre estreñimiento y dieta). Las pipas de girasol estimulan el tránsito intestinal gracias a su alto contenido en fibra.
Las pipas de girasol son buenas para el corazón. Son naturalmente bajas en sodio y fuente de potasio. Esta proporción ayuda a prevenir la subida de la tensión arterial. Además, estas semillas son una excelente fuente de vitamina B1. Una carencia de vitamina B1 causa una enfermedad llamada beri beri, que provoca un deterioro de la función cardiaca.
Las pipas de girasol estimulan la respuesta inmunitaria al aportar micronutrientes inmunomoduladores: cobre, hierro, selenio, vitamina B9, zinc y vitamina B6. Así, como parte de una dieta equilibrada, contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Las carencias nutricionales afectan a la vitalidad de las uñas, el cabello y la piel. El cabello o las uñas quebradizos pueden estar relacionados con carencias de zinc o selenio. La piel también reacciona a la suplementación con niacina (vitamina B3) y zinc. Esto es especialmente cierto en el caso de las pieles reactivas, sensibles y con tendencia a las manchas (consulte nuestra guía sobre el acné y la dieta). Las pipas de girasol contienen zinc, niacina y selenio. Además, el cobre que contienen limita la aparición de canas y garantiza una mejor protección de la piel.
¿Agotamiento general? Las pipas de girasol son para ti. Aportan energía y micronutrientes para el metabolismo energético, y combaten la sensación de fatiga. El hierro y el zinc también contribuyen a las funciones cognitivas. Además, las pipas de girasol son increíblemente ricas en vitaminas del grupo B (B1, B6, B3 y B9) y magnesio. Contienen todos los micronutrientes necesarios para la producción de neurotransmisores, lo que ayuda a reequilibrar las emociones. Sin olvidar el sistema nervioso, se reconoce oficialmente que el potasio, el cobre, el magnesio y las vitaminas B1, B3 y B6 contribuyen al funcionamiento del sistema nervioso.
Una alimentación desequilibrada, con un aporte insuficiente de hierro, vitamina B9 o vitamina B6, dificulta la síntesis de glóbulos rojos (consulte nuestras guías: anemia ferropénica y alimentación, anemia macrocítica y alimentación). A largo plazo, la síntesis de glóbulos rojos se vuelve ineficaz y provoca anemia. Las pipas de girasol son ricas en vitaminas B9, B6 y zinc. Además, son extremadamente ricas en cobre: el cobre contribuye al transporte del hierro. Así, el organismo puede movilizar fácilmente el hierro para sintetizar glóbulos rojos.
Un hueso puede dividirse en dos componentes principales: minerales y proteínas. Aportar estos dos nutrientes de forma óptima ayuda a favorecer la (re)construcción ósea. Las pipas de girasol son interesantes porque son naturalmente ricas en minerales (magnesio, manganeso, fósforo y zinc) que ayudan a mantener la estructura ósea, y en proteínas vegetales.
La carencia de vitamina B9 aumenta el riesgo de malformaciones fetales. Las necesidades diarias deben cubrirse con alimentos ricos en vitamina B9, como las pipas de girasol.
El mecanismo de contracción muscular requiere un aporte suficiente de proteínas y minerales. La alimentación es, por tanto, un reflejo para restablecer los trastornos de la contracción. Las pipas de girasol son portadoras de proteínas y minerales (magnesio y potasio). Son excelentes anti calambres (consulte nuestra guía sobre los calambres musculares y la alimentación). Además, a través del cobre y el manganeso, contribuyen a la formación de tejido conjuntivo, lo que confiere mayor resistencia a las articulaciones, tendones y ligamentos.
Pocos nutrientes influyen directamente en el funcionamiento de las hormonas. Oficialmente, el yodo, la vitamina B6, la vitamina B5, el zinc y el selenio son los únicos micronutrientes que contribuyen al metabolismo de ciertas hormonas. Excepto el yodo y la vitamina B5, las pipas de girasol aportan todos ellos. El selenio y el zinc influyen en el metabolismo de las hormonas tiroideas (véase nuestra guía sobre el hipotiroidismo y la alimentación) y la testosterona, respectivamente, y la vitamina B6 regula la actividad de las hormonas (sobre todo las sexuales).
La hipersensibilidad dental suele estar causada por una disminución de la mineralización del tejido dental. El magnesio y el fósforo son dos minerales que componen la fase mineral de los dientes. Las pipas de girasol son ricas en magnesio y fósforo y contribuyen a proteger los dientes.
El girasol pertenece a la familia de las asteráceas (o compuestas). Es una planta anual que puede alcanzar los 4 m de altura. El largo tallo termina en un pseudanto que recibe el nombre de "flor de girasol". El pseudanto del girasol es un receptáculo floral, de unos treinta centímetros de largo, rodeado de múltiples flores liguladas amarillas.
Los girasoles son originarios de América. Se estima que fueron domesticados hacia el año 1000 a.C. En el siglo XVI, las semillas se exportaban a Europa. El girasol es un cultivo importante para la humanidad. De él se obtienen las semillas de girasol, que son especialmente apreciadas como aceite. El aceite de girasol es uno de los cultivos oleaginosos más importantes del mundo, sólo superado por la soja.
La siembra tiene lugar a principios de primavera. En verano, las grandes cabezas florales se despliegan y miran al sol. El girasol se identifica tanto con el sol que su nombre científico"Helianthus" significa "sol"(Helios) y "flor"(Athos) en griego.
Cuando observes un campo de Girasoles, te darás cuenta de que todos los receptáculos florales de los Girasoles apuntan hacia el sol. Charles Darwin llamó a este fenómeno "fototropismo": la planta sigue a la luz. En realidad, estos movimientos están provocados por una hormona llamada auxina. La auxina es una hormona de crecimiento que se encuentra en el tallo de los girasoles. Demasiada luz destruye la auxina. Por lo tanto, para garantizar el crecimiento de la planta, la auxina se distribuye de forma desigual a lo largo del tallo del girasol y varía según el día. En resumen, huye del sol. Estas migraciones provocan la rotación de la planta.
Sin embargo, este fenómeno en realidad sólo afecta a las plantas jóvenes, ya que los girasoles adultos ya no necesitan crecer, dejan de girar y la auxina se destruye gradualmente.
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