En los últimos diez años, los superalimentos han pasado a primer plano. El término superalimento se traduce literalmente del término "superfood" en Estados Unidos, que es donde se originó esta tendencia en la década de 1990. Los superalimentos son productos especialmente ricos en nutrientes beneficiosos para la salud. Representan un nuevo campo de investigación e investigación en nutrición a través de estudios sobre los nutrientes y sustancias en cuestión. Su lugar e interés en la nutrición humana aún están por determinar. Sin embargo, a través de los superalimentos y su composición natural, merece destacarse sobre todo la importancia de la alimentación como base de nuestra salud...
Los vínculos entre nutrición y salud son cada vez más conocidos, y el riesgo de desarrollar muchas de las enfermedades crónicas comunes del siglo XXI (cáncer, enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes de tipo 2) puede reducirse siguiendo una dieta sana, variada y equilibrada. Es en este contexto, en el que la nutrición se ha convertido en un importante problema de salud pública, donde encaja el mercado de los superalimentos. Los superalimentos tienen una ventaja nutricional real, ya que su contenido en nutrientes es superior al de los alimentos más convencionales.
Su éxito se debe a varios factores. En primer lugar, refleja el deseo de muchas personas de mejorar su dieta recurriendo a productos de origen 100% natural y alto valor nutritivo, lo que ya es una muy buena noticia de por sí. Además, incorporar superalimentos a la dieta es muy sencillo, está bueno, es también una oportunidad para probar nuevas recetas y, sobre todo, permitereemplazar ciertos alimentos más calóricos. Por último, es una excelente manera de prevenir o mejorar ciertas carencias o bajones dietéticos; encontrar soluciones a través de la dieta antes de llegar a la suplementación.
Una de las limitaciones que se atribuyen a los superalimentos es precisamente que esta noción no tiene realmente límites. Según su definición, todos los alimentos ricos en nutrientes pueden entrar en esta categoría, ya sean almendras, granadas, pero también lentejas o incluso té verde.
Otra limitación que se puede atribuir al tema de los superalimentos más que a los propios superalimentos es su éxito precisamente. Prensa, blogs, redes sociales, todo el mundo acapara el tema. Como resultado, muchas informaciones se transmiten y comercializan sin ser del todo exactas. A veces se retoman, modifican y amplifican informaciones relativas a observaciones tradicionales o incluso a estudios científicos, conservando únicamente la información "de choque". Esto puede hacer que los consumidores pierdan confianza en los superalimentos y, sobre todo, que se pierda información importante sobre los beneficios reales de estos productos.
El coste de algunos superalimentos también puede ser un obstáculo. Estos suelen proceder de nuevos mercados, lo que es una de las razones de su coste.
También se pueden destacar las condiciones medioambientales y sociales en las que se producen los superalimentos. Algunos productos proceden generalmente de otros continentes y se extraen de la producción local. Por tanto, es importante asegurarse de que los productos respetan determinados criterios medioambientales, sociales o culturales en función de cómo se cultivan, importan o comercializan, por ejemplo.
Una de las limitaciones a menudo esgrimidas es la falta de información científica sobre el tema. Sobre este tema, han surgido muchos estudios en los últimos años, a veces siguen siendo muy teóricos y merecen ser empujados a la escala de los estudios clínicos. Este ya es el caso de las semillas de chía, por ejemplo, para las que un estudio clínico de 2017 prueba el impacto del consumo de 30 g de semillas al día en la pérdida de peso en sujetos con sobrepeso.
En resumen, existen limitaciones y es importante ser consciente de ellas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en su mayoría están relacionadas con el marketing y el floreciente éxito del concepto más que con los propios superalimentos. De ahí la importancia de mantener un cierto recelo y un espíritu crítico sobre la elección de sus superalimentos y la marca que los promociona.
A través de los superalimentos, queríamos sobre todo enfatizar la importancia de la alimentación como base de nuestra salud. Los superalimentos son buenos para incluir en una dieta siempre y cuando ésta ya sea equilibrada, variada y el estilo de vida sea saludable. Por otro lado, a la vista de los conocimientos actuales, nunca deberían proclamarse como productos "milagrosos".
Los superalimentos tienen un valor nutritivo real y, además, son buenos por sí solos o en recetas. Por tanto, pueden ofrecer una alternativa a otros alimentos cotidianos. Su interés nutricional merece ser explorado en mayor profundidad, pero ya parecen estar implicados en una serie de beneficios significativos para nuestra salud.
Sin embargo, no olvides que hay toda una serie de alimentos que también son nutritivos (frutas, verduras, legumbres, aceites vegetales, frutos secos, etc.). Pero también, y sobre todo, otros que deben evitarse claramente según el Programa Nacional de Nutrición y Salud (PNNS): los productos y bebidas azucarados, el alcohol, las carnes rojas y los embutidos.
En resumen, para vivir bien come mejor y disfruta de tu selección de alimentos y superalimentos.