Los alimentos que ingerimos son el combustible de nuestro cuerpo, nos ayudan a tener energía, a tener fuerza suficiente para aguantar todo el día y sobre todo en invierno, época de gripes y resfriados... Los alimentos nos ayudan a estimular nuestro sistema inmunológico y a combatir virus de todo tipo. En todos los casos, la fruta y la verdura son siempre recomendables, ya que contienen muchas propiedades beneficiosas, no contienen grasas innecesarias y están llenas de antioxidantes (el luchador número uno para el sistema inmunitario).
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Una pequeña dosis de grasa también es importante para la protección, por lo que preferimos los ácidos grasos que se encuentran en pescados como las sardinas, el salmón, la caballa, las anchoas o el arenque ahumado. También es preferible cocinar con aceite de oliva, rico en omega 3. Las ostras, el marisco, el pollo y el germen de trigo también son buenas formas de satisfacer las necesidades de zinc de tu organismo.
IMPORTANTE: Recuerda beber al menos 1 litro de agua al día. Un cuerpo bien hidratado combate mejor las infecciones y los virus y protege al organismo de las agresiones.
Bebe un vaso de zumo de naranja natural cada mañana: la vitamina C, el potasio y los azúcares te darán energía para todo el día.
El deporte es inmunoestimulante, es decir, estimula el sistema inmunitario, lo que reduce el riesgo de infección. Libera toxinas y fortalece el organismo frente a las agresiones externas. No hace falta que sea intenso, pero con sólo 30 minutos de marcha al día sería muy bueno para tu sistema inmunitario.
Cada persona necesita una cantidad de sueño diferente. No obstante, los profesionales coinciden en que se necesitan al menos 7 horas (o incluso 8) de sueño para estar suficientemente descansado.
El estrés y la fatiga debilitan el sistema inmunitario, por lo que es importante hacer pausas para descansar o diversificarse. Sea cual sea la actividad que elijas para relajarte, lo más importante es poder dejar de lado el estrés y evadirte.