La psoriasis y la medicina moderna

La psoriasis es una enfermedad dermatológica relativamente desconocida, que sin embargo afecta a casi 2 millones de personas en Francia. Se trata de una enfermedad crónica cuyas causas reales aún se desconocen, pero que según algunos estudios parece estar relacionada con factores genéticos, físicos (enfermedades, infecciones) y psicológicos (estrés, depresión). La psoriasis no puede curarse completamente, existen tratamientos médicos, pero están destinados a reducir los síntomas y prolongar los periodos de remisión. Pero, ¿son realmente eficaces estos medicamentos?

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Medicamentos para aliviar los síntomas

Los tratamientos para los síntomas de la psoriasis suelen basarse en cremas y pomadas. La psoriasis destruye las células cutáneas con mayor rapidez y reseca la piel, por lo que resulta útil utilizar cremas hidratantes para nutrir y revitalizar la piel junto con el tratamiento. Por desgracia, estos tratamientos suelen tener efectos secundarios, a veces bastante violentos. Los tratamientos más potentes sólo se recomiendan cuando la psoriasis se extiende por una zona extensa de la piel. De lo contrario, los efectos secundarios serían aún más difíciles de sobrellevar que la propia psoriasis. Los tratamientos farmacológicos ofrecen una respuesta a los pacientes de psoriasis, pero como la enfermedad es de origen desconocido, la medicina moderna sólo trata los síntomas lo mejor que puede, pero no de forma permanente. Otro problema es que cuando el cuerpo se acostumbra al tratamiento, éste pierde su eficacia.

Existen tratamientos más potentes

Cuando la psoriasis es más extensa o cuando se producen brotes con frecuencia, puede recurrirse a la medicación oral y a la fototerapia. La medicación oral se utiliza principalmente en los casos más graves. Sin embargo, también en este caso sólo sirven para reducir los síntomas temporalmente. Por ejemplo, pueden recetarse ciertos inmunosupresores para reducir la respuesta inmunitaria del organismo (responsable de las manchas rojas y la inflamación de la psoriasis), pero los efectos secundarios no son desdeñables. Este tipo de tratamiento expone al organismo a infecciones y también daña el hígado y los riñones.
Por último, la fototerapia, que utiliza rayos ultravioleta, parece aliviar la inflamación y ralentizar el desarrollo de la enfermedad, pero el tratamiento sigue siendo experimental, y aunque los efectos secundarios a corto plazo son insignificantes, a largo plazo podría aumentar el riesgo de cáncer de piel.

En conclusión

La medicina moderna no ofrece una respuesta clara y definitiva al problema de la psoriasis. Sin embargo, puede aliviar los síntomas en algunos casos y mejorar la calidad de vida del paciente de forma puntual. Por otra parte, la medicina identifica una serie de comportamientos de riesgo como el estrés, el tabaquismo, etc. Evitándolos y siguiendo los tratamientos, el paciente puede aprender a convivir con su enfermedad de la mejor manera posible.