El psilio podría tener beneficios indirectos para el hígado gracias a su alto contenido en fibra. En efecto, el Psyllium es una planta cuyos tegumentos se utilizan desde hace mucho tiempo en un contexto terapéutico. Estos beneficios se observan regularmente a nivel digestivo, ya que las fibras son esenciales para la salud intestinal. Sin embargo, tiene otras funciones intermedias interesantes. La fibra puede reducir la absorción de nutrientes, incluidas las grasas que pueden acumularse en el hígado en caso de sobrepeso y obesidad. Además, puede favorecer la sensación de saciedad. La saciedad se define como la ausencia de hambre entre dos comidas. Por tanto, el psilio podría tener efectos indirectos interesantes sobre el hígado gracias a su alto contenido en fibra. Por ello, este artículo revisa todos los conocimientos relacionados con los beneficios del Psyllium sobre el hígado.
Una dieta desequilibrada puede provocar una acumulación de grasa en el hígado. La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA ) es una afección en la que la grasa se acumula en las células hepáticas, a pesar de que éstas deberían contener muy poca grasa. Por eso también se denomina enfermedad del "hígado graso". Se ve favorecida por un síndrome metabólico (obesidad, diabetes, dislipidemia, hipertensión) y una falta de actividad física. Puede agravarse formando inflamación en el hígado, lo que aumenta el riesgo de cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer primario de hígado (carcinoma hepatocelular). Así, deben adoptarse medidas higiénico-dietéticas: introducción de la actividad física, mejor elección de las grasas, aumento de los alimentos ricos en fibra, limitación de los azúcares simples y del alcohol.
Por ello, un estudio evaluó el efecto del psilio sobre la composición corporal y las enzimas hepáticas en adultos obesos y con sobrepeso con HGNA. El estudio concluyó que un programa de pérdida de peso complementado con psilio, junto con un aumento de la actividad física, puede ser útil para prevenir el desarrollo de NAFLD y retrasar el daño hepático. Esto se debe a que el psilio contiene fibras solubles. Éstas son capaces de formar un gel que reduce la absorción de nutrientes. Se hinchan en contacto con el agua, formando un gel que reduce la superficie de contacto entre las vellosidades intestinales (función de absorción) y los alimentos. En consecuencia, limitan la absorción de las grasas.
Al mismo tiempo, el gel formado por las fibras solubles retrasa la llegada de los alimentos del estómago a los intestinos. En consecuencia, limitan el aumento de los niveles de azúcar en sangre. Un aumento de los niveles de azúcar en sangre provoca un aumento paralelo de la secreción de insulina para hacer llegar la glucosa a las células. Si la glucosa se ha ingerido en exceso, se convertirá en grasa en las células. Por tanto, el psilio retrasa la llegada de los alimentos del estómago a los intestinos y limita así el aumento del azúcar en sangre, lo que reduce la formación de grasa adicional.
Gracias a su alto contenido en fibra soluble, el psilio forma un gel que limita la absorción de las grasas y reduce su acumulación en el hígado, frenando el desarrollo de la NAFLD y el daño hepático.
Otra función indirecta del psilio es ayudar a mejorar la permeabilidad intestinal. En efecto, la barrera intestinal se caracteriza por uniones estrechas de células que garantizan que las moléculas nocivas no entren en el torrente sanguíneo. Impide que las sustancias nocivas (bacterias, toxinas, residuos alimentarios, parásitos) entren en el torrente sanguíneo. Sin embargo, una alimentación desequilibrada favorece la hiperpermeabilidad intestinal, es decir, la barrera intestinal está dañada. Esto significa que estas uniones están más separadas y permiten el paso de moléculas más grandes que las permitidas normalmente (bacterias, toxinas). Estas últimas pueden viajar hasta el hígado a través de la vena porta.
Esto se debe a que la vena porta transporta nutrientes y sustancias nocivas directamente desde los intestinos al hígado para que éste pueda utilizarlas u ordenar su eliminación. Sin embargo, la llegada de muchas sustancias nocivas puede limitar el funcionamiento del hígado, que puede sobrecargarse. Esta sobrecarga de toxinas puede provocar insuficiencia hepática y enfermedades del hígado.
En este contexto, es prudente promover la ingesta de fibra alimentaria para combatir esta hiperpermeabilidad intestinal. En este sentido, el psilio puede ayudar a desempeñar este papel, ya que 15 g de psilio aportan 12,6 g de fibra, lo que supone casi la mitad de las necesidades diarias estimadas en un mínimo de 30 g por la ANSES (Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Ambiental y Salud Laboral). No obstante, es importante precisar que el psilio aún no ha demostrado sus beneficios sobre la mejora de la permeabilidad intestinal.
Por tanto, el psilio debe incluirse en una alimentación equilibrada, variada y rica en fibras para optimizar el trabajo de la barrera intestinal y limitar así la llegada de moléculas nocivas al hígado.
El psilio también desempeña una última función beneficiosa para el hígado por sus efectos saciantes. En efecto, las fibras que contiene se consideran nutrientes saciantes. En consecuencia, reducen el volumen de las comidas porque permiten alcanzar más rápidamente la sensación de saciedad. Esta reducción del volumen de las comidas está vinculada a una reducción del aporte calórico y, por tanto, de las grasas, lo que limita la acumulación de grasa en el hígado. Por lo tanto, podemos concluir que el psilio tiene una función supresora del apetito, lo que optimiza la salud del hígado.
Además, el psilio puede desempeñar un papel interesante en la pérdida de peso, lo cual es juicioso en el contexto de la enfermedad del "hígado graso". En efecto, como se ha visto anteriormente, el sobrepeso o la obesidad pueden favorecer la acumulación de lípidos en el hígado, lo que acaba provocando la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Por lo tanto, el psilio puede utilizarse con fines adelgazantes para favorecer la eliminación de este exceso de grasa en el hígado.
Gracias a las fibras que contiene, el psilio contribuye a limitar la acumulación de grasa en el hígado gracias a su papel de supresor del apetito.
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