El anacardo es un árbol de crecimiento rápido que produce su semilla, la nuez de anacardo. Los anacardos se consideran semillas oleaginosas y son muy populares por ser un tentempié muy saludable y evitar las punzadas de hambre. Los anacardos están compuestos por hidratos de carbono complejos que ayudan a prevenir los picos de azúcar en sangre, a la vez que proporcionan la energía que el cuerpo necesita para reducir el hambre. Además, tienen un perfil lipídico en sangre muy interesante que les permite aportar al organismo grasas de muy buena calidad. Sin embargo, parece que son peligrosas en determinadas condiciones, sobre todo cuando se cosechan. Por ello, este artículo repasa los conocimientos actuales sobre los peligros potenciales de los anacardos.
Artículos relacionados [Ver]. - Beneficios de los anacardos - Anacardos y calorías - Anacardos y aumento de peso - Anacardos y culturismo - Anacardos y proteínas - Anacardos y magnesioLa alergia a los frutos secos es una de las alergias más conocidas, y los anacardos son uno de ellos, sobre todo porque contienen un contenido bastante elevado de proteínas (los alérgenos suelen ser proteínas). Un estudio reciente de 2021 demostró que los anacardos son un alérgeno potente, que provoca reacciones alérgicas graves y persistentes a largo plazo en comparación con otras alergias alimentarias. Parece que esta alergia está surgiendo en niños, por lo que el estudio concluye que los pediatras deben estar atentos a esta posibilidad.
En efecto, los síntomas de una alergia pueden ser peligrosos (cutáneos, respiratorios, gastrointestinales, etc.). El principal riesgo de la alergia sigue siendo la anafilaxia (reacción alérgica generalizada), cuya manifestación más grave es el shock anafiláctico, y puede poner en peligro la vida. Por lo tanto, es importante consultar esta alergia con el pediatra del niño o con un alergólogo para evitar el riesgo de reacción alérgica a los anacardos.
Comer anacardos comerciales no entraña ningún peligro, salvo en caso de alergia a los frutos secos. Esto se debe a que los anacardos que se encuentran en las tiendas han sido cocidos, lo que elimina las sustancias químicas peligrosas presentes en los anacardos crudos, en particular el urushiol. El urushiol es una sustancia tóxica muy peligrosa, incluso mortal, cuando se consume en grandes cantidades. En este contexto, las personas que producen sus propios anacardos deben cocerlos (al vapor, tostados, etc.) antes de consumirlos.
Además, existen pruebas de que los anacardos pueden provocar dermatitis durante su recolección. De hecho, muchos informes que muestran la recolección de estas semillas oleaginosas atestiguan que el aceite negro que escapa de la cáscara durante la rotura es muy perjudicial para las manos. En concreto, muestran a mujeres con las manos muy doloridas y los dedos casi deformados a causa de este aceite.
En conclusión, los anacardos comerciales no son tóxicos porque están cocidos. Por lo tanto, no contienen ninguna sustancia tóxica, y no contienen el aceite negro porque ya han sido pelados. Por lo tanto, no hay ningún inconveniente en consumir anacardos comerciales como tentempié si no se es propenso a las alergias a los frutos secos.
Debido a la densidad energética de los anacardos y a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (omega-9), se definen recomendaciones de consumo diario. Para una cura clásica o por placer, una ración de anacardos se estima en 30 g al día, lo que representa unos 15 anacardos diarios.
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