¿Cómo comprobar y mantener la calidad de un hidrolato?

No todos los hidrolatos disponibles en el mercado son iguales. La gran dificultad de estos productos es su falta de estabilidad. A lo largo de su fabricación, su calidad puede verse afectada: desde la destilación, con la calidad de las materias primas o los parámetros de destilación, hasta la conservación, pero también durante el envasado en botellas, o por la adición de aditivos. Para saber exactamente qué contiene una botella de hidrolato, lo primero, que puede parecer obvio, es leer la etiqueta. De ella se desprende información interesante.

Certificación ecológica

La etiqueta de un frasco de hidrosol indica varias cosas para calibrar su calidad. La primera, que parece ser la más importante, es la certificación ecológica. Elegir un hidrolato ecológico es a la vez elegir un producto de producción respetuosa con el medio ambiente, pero también elegir un producto respetuoso con nuestra salud. En efecto, los productos resultantes de la destilación pueden concentrar, al igual que las moléculas aromáticas naturales de las plantas, ciertos pesticidas o metales pesados. Para estar seguro de que el hidrolato es de producción ecológica, basta con comprobar la presencia de uno de los dos logotipos siguientes en la etiqueta de la botella: AB o Cosmos Organic.

Elija un hidrolato sin conservantes

Los hidrolatos puros y naturales sólo deben estar compuestos de... hidrolato. Muchos fabricantes añaden aditivos o conservantes para garantizar una mejor estabilidad del producto. Estos hidrolatos no pueden utilizarse en hidrolaterapia, especialmente por vía oral. Debido a su composición, su uso está reservado a la vía cutánea, principalmente para usos cosméticos. La normativa cosmética exige una lista de ingredientes en el producto, también conocida como lista INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos). Es la lista escrita en inglés y latín. A menudo es indescifrable, pero proporciona información muy interesante. En el caso de los hidrolatos, es esta lista la que indica la presencia de conservantes. ¿No aparece ninguna lista INCI? Entonces se trata de un hidrolato puro, que no contiene conservantes.

Favorecer la proporción 1:1

El rendimiento de un hidrolato es muy superior al de un aceite esencial. Mientras que a veces son necesarios varios cientos de kilos de materia para obtener sólo algunos mililitros de aceite esencial, en el caso de los hidrolatos se pueden obtener varias decenas de litros con un solo kilo pequeño de materia. El método de referencia para obtener un hidrolato de calidad es respetar la proporción 1:1. Esto significa que para recoger 1 L de hidrolato, sólo se destila 1 kg de material vegetal. Esta condición permite obtener un producto de olor potente, excelente calidad y gran eficacia terapéutica. Algunos productores no dudan en aumentar la proporción a 10 o incluso 50 litros de hidrolato por un solo kilo de planta, por razones económicas. Esto tiene el efecto de diluir el hidrolato, así como los principios activos que lo componen, y por tanto de reducir su eficacia e inevitablemente su calidad.

Preste atención al nombre del producto

Se pueden utilizar varios términos para referirse a un hidrolato. Sólo los términos "hidrolato" y "agua floral" garantizan que se ha obtenido por destilación al vapor. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Ninguna, salvo que "agua floral" se refiere a los hidrolatos obtenidos por destilación de flores, mientras que "hidrolato" no distingue entre los obtenidos de flores y los de hojas, por ejemplo.

Otros términos, sin embargo, pueden resultar confusos. Por ejemplo, el término "hidrosol". Aunque es la traducción del término "hydrolat" en inglés, un hidrosol en Francia es una solución en la que el agua es el medio de dispersión. Por tanto, no es un producto resultante de la destilación al vapor. Las denominaciones "eau aromatisée" o "eau aromatique" también hacen referencia a productos obtenidos mediante procesos diferentes.

Limitar el riesgo de contaminación

Importancia de la microfiltración tras la destilación

Dado que los hidrolatos se componen principalmente de agua, los riesgos de contaminación por bacterias, hongos o levaduras son muy elevados. Aunque los hidrolatos son estériles cuando salen del alambique, como la temperatura ronda los 100°C, estos gérmenes pueden desarrollarse durante el almacenamiento. Para limitar estos riesgos, es necesario microfiltrar el hidrolato, es decir, hacerlo pasar por una membrana filtrante con un diámetro de poro de entre 1 y 0,2 micras. Esta microfiltración separa el hidrolato de los posibles gérmenes que contiene. En el momento del envasado, las botellas destinadas a recibir los hidrolatos también pueden esterilizarse, con alcohol, rayos UV u otro proceso. Debe evitarse la pasteurización para no afectar a la calidad intrínseca del producto. Por último, se realizan sistemáticamente análisis microbiológicos durante las distintas fases de producción para comprobar la ausencia de contaminación.

Respetar las condiciones de conservación

Al igual que los aceites esenciales, los hidrosoles son muy sensibles a la luz y al calor, pero también a la oxidación y a las infecciones microbianas. Se conservan bien entre 12 y 15°C, pero esta franja de temperatura es bastante difícil de respetar en casa. El mejor lugar para guardarlos es el frigorífico, que es a la vez oscuro y fresco, y limita así el desarrollo de microorganismos. Una vez abiertos, es aconsejable consumirlos con bastante rapidez, preferiblemente en un plazo de 3 meses. Pueden formarse depósitos blancos en el fondo de la botella, pero son totalmente inofensivos. Otros depósitos pueden indicar contaminación. Un hidrolato que se haya echado a perder tendrá un olor desagradable, debido a la degradación de las moléculas aromáticas por los microorganismos. En ese caso, es preferible no utilizarlo y tirarlo.

Calidad del agua

Los aceites esenciales y los hidrolatos se obtienen por destilación al vapor o hidrodestilación. El vapor de agua atraviesa el material vegetal y recoge toda la "información" de la planta, todas sus moléculas aromáticas e hidrosolubles. Además de la calidad de la planta, la calidad del agua es, por tanto, inherente a la calidad de un hidrosol. En efecto, por definición, será el agua de destilación cargada de compuestos activos. Esto significa, en primer lugar, que debe ser potable, filtrada y desinfectada para permitir la utilización de los productos en hidroloterapia, pero también preferiblemente pura y natural.

Composición molecular de los hidrolatos

Los hidrolatos contienen toda la fracción molecular hidrosoluble de la planta, es decir, las moléculas capaces de solubilizarse en agua. En cuanto a las moléculas aromáticas, sólo contienen entre un 0,1 y un 2%. Los escasos análisis efectuados sobre los hidrolatos muestran que sólo algunas moléculas aromáticas conocidas de los aceites esenciales se encuentran en los hidrolatos. Esto se explica por la composición de la propia molécula, por los grupos funcionales que contiene, que tendrán más o menos afinidad con el agua. De hecho, en la naturaleza hay moléculas que se dice que son polares y otras que se dice que son apolares. Esta polaridad viene definida por la distribución de cargas positivas y negativas dentro de la molécula, y se rige por la geometría de la molécula y la electronegatividad de los átomos. En resumen, es compleja. Lo que debemos recordar es que dos moléculas polares se atraerán con mucha fuerza, al igual que ocurre con dos moléculas no polares. El agua es un disolvente polar, que atraerá a las moléculas polares, a diferencia de los aceites esenciales.
En la práctica, he aquí las principales moléculas aromáticas que se encuentran en los hidrosoles:

  • Los ácidos, por su función carbonílica y alcohólica
  • Fenoles: carvacrol, timol y eugenol
  • Alcoholes: algunos, como el linalool, el alfa terpineol o el geraniol, y otros, como el lavandulol.
  • Cumarinas
  • Cetonas: alcanfor, verbenona, tuyona, etc.
  • Aldehídos aromáticos y terpénicos
  • Óxidos: especialmente eucalitol (o 1,8-cineol)
  • Acetato de linalilo y algunos éteres como el metilchavicol o el anetol.

Esto no incluye todas las demás moléculas hidrosolubles de la planta. En la actualidad, se realizan muy pocos análisis cromatográficos en hidrolatos. Por tanto, ¡todavía queda mucho por aprender de ellos! Los aceites esenciales y los hidrolatos tienen composiciones diferentes, pero son muy complementarios ya que juntos representan una gran parte de la fracción molecular de la planta.

Sin embargo, la concentración en moléculas aromáticas por sí sola no representa el poder de los hidrolatos. También tienen una acción psico-emocional y energética gracias a su dimensión vibratoria.

Procesos de cohobación y bi-destilación

La cohobación y la bi-destilación son dos procesos diferentes, pero ambos se basan en la utilización del hidrolato en una segunda destilación.
La cohobación, en primer lugar, es un proceso para aumentar el rendimiento de un aceite esencial. Para ello, se realiza una primera destilación para producir el hidrolato y el aceite esencial que luego se separarán, como es habitual. A continuación, se realiza una segunda destilación, esta vez inyectando el hidrolato obtenido en la primera destilación, en forma de vapor. Esto permite extraer una mayor cantidad de aceite esencial de la planta. Este proceso es utilizado por algunos productores de rosas para aumentar el rendimiento de su preciado aceite esencial.
La bi-destilación también reutiliza el hidrolato obtenido durante una primera destilación, pero esta vez para realizar una segunda destilación sobre el mismo hidrolato, que pasa a ser la materia prima. Este proceso se utiliza principalmente en la fabricación de bebidas espirituosas, pero también permite aumentar la estabilidad de ciertos hidrolatos procedentes de plantas frágiles, con el fin de hacerlos menos sensibles a los fenómenos naturales de alteración, como la oxidación.