Entender sus productos cosméticos, para un uso razonado y razonable. Para elegir y utilizar aceites vegetales en su rutina cosmética, es importante tener varias nociones en mente. Porque siempre elegimos mejor cuando sabemos en qué criterios nos basamos, la Compagnie des Sens le ofrece un pequeño resumen de las preguntas que debe hacerse antes de elegir un aceite vegetal para cosméticos.
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Un aceite comedogénico es, por tanto, un aceite que favorecerá la formación de estas imperfecciones y, en consecuencia, obstruirá los poros a largo plazo. No obstante, estos aceites pueden utilizarse de vez en cuando y, en particular, en pieles secas, para solucionar un problema específico como arrugas, estrías o simplemente para rehidratar la piel.
Cada aceite tiene un índice de comedogenicidad que depende de 3 criterios: su frescura, su sensibilidad a la oxidación y su velocidad de penetración en la piel. El índice de comedogenicidad de un aceite varía de 0 a 5, siendo 0 no comedogénico y 5 altamente comedogénico. Aunque estos índices indican la probabilidad de que un aceite sea comedogénico, también es importante tener en cuenta el tipo de piel y, por tanto, las posibles reacciones inesperadas. Se aconseja a las pieles grasas y mixtas que utilicen aceites con un índice bajo, entre 0 y 2, mientras que las pieles normales y secas pueden utilizar más fácilmente aceites con índices entre 0 y 5.
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Los aceites vegetales suelen definirse por su potencial oxidativo, que es una degradación de los ácidos grasos que componen el aceite y que, por tanto, alterará su calidad. Esta oxidación puede deberse a diversos factores, como el oxígeno del aire, la luz, las interacciones con el recipiente o el calor. Así, la oxidación de un aceite puede aumentar su índice comedogénico y provocar reacciones alérgicas y la aparición deimperfecciones, además de un olor rancio durante su uso.
Más información en: oxidación de aceites vegetales.
Al aplicar un aceite vegetal sobre la piel, es posible sentir una sensación grasa, aunque el aceite no penetre tanto en la piel. Esto se debe a la composición en ácidos grasos del aceite, que le confiere una mayor o menor afinidad con la piel. Cuanta más afinidad tenga el aceite con la piel, más rápido penetrará y menos sensación de grasa se tendrá. Estos aceites vegetales penetrantes se denominan aceites secos. Los aceites secos están compuestos principalmente de omega 3 y omega 6, que penetran más fácilmente en la piel, mientras que los aceites grasos están más compuestos de omega 9. Por tanto, la elección del aceite vegetal dependerá de sus necesidades. Si desea mantener su piel mate, sin sensación grasa, necesita un aceite seco. Si su objetivo es dar a su piel un acabado satinado, un aceite graso será perfectamente adecuado.
He aquí algunos ejemplos de aceites vegetales de tacto seco o graso:
En primer lugar, el aceite virgen prensado en frío se refiere a la forma en que se obtiene el aceite, que difiere de la de los aceites refinados.
El aceite virgen se obtiene por presión en frío, que es un método de extracción sencillo, rápido y antiguo. Se trata de un método de extracción mecánico, en el que los frutos y semillas oleaginosos se prensan para extraer directamente el aceite. Este mecanismo se realiza a temperatura ambiente para no desnaturalizar los ácidos grasos. Un aceite virgen de primera presión en frío es, por tanto, el primer zumo de la semilla o el fruto, sin tratamiento químico ni refinado. Se trata de un método de extracción suave que preserva el aceite en su totalidad, para obtener un producto rico en vitaminas, antioxidantes y otros insaponificables.
En cambio, un aceite refinado se obtiene mediante un método de extracción, utilizando un disolvente, a menudo alcohol. Una vez obtenido este aceite, se somete a varios tratamientos:
Todas estas etapas requieren a menudo la intervención de moléculas químicas. Esto implica la destrucción de algunos ácidos grasos esenciales si la temperatura de refinado es elevada, así como la pérdida de la composición natural del aceite. Además, pueden crearse nuevos componentes que no son necesariamente beneficiosos para la piel o para la nutrición. Los aceites vegetales refinados tienen la ventaja de que se conservan mejor que los vírgenes.
Así que tenga cuidado cuando elija un aceite, si no se especifica el método de producción, ¡seguro que es refinado!
Los aceites vegetales de la Compagnie des Sens son aceites vírgenes obtenidos por primera presión en frío de frutas, semillas, pepitas, en su gran mayoría.
El número de saponificación (SN) es un valor utilizado en el proceso de saponificación de una grasa. Existen dos números de saponificación, uno para la potasa (KOH) y otro para la sosa (NaOH). En química, el índice de saponificación corresponde a la masa de potasa o sosa en mg necesaria para neutralizar los ácidos grasos libres y saponificar los ácidos grasos esterificados contenidos en 1 g de grasa.
En otras palabras, el índice de saponificación de un aceite es la cantidad en miligramos de potasa o sosa necesaria para saponificar 1 gramo de ese aceite . Cada aceite vegetal tiene su propio índice de saponificación, ya que la cantidad de potasa o sosa será diferente según el aceite utilizado. Así pues, este índice permite caracterizar los aceites.
La saponificación es una reacción química entre una sustancia grasa (aceite vegetal o mantequilla ) y una base como la potasa (KOH) o la sosa (NaOH). Existen dos tipos de saponificación: en frío y en caliente. A menudo se prefiere la saponificación en frío, ya que preserva toda la bondad de los aceites y, por tanto, produce un jabón de mejor calidad.
Este método se utiliza mucho en cosmética, sobre todo en la fabricación de jabón. En efecto, el índice de saponificación es un dato importante para saber la cantidad necesaria de base fuerte que hay que añadir para saponificar un aceite vegetal o una mantequilla. En general, los jabones fabricados con sosa serán duros, mientras que los fabricados con potasa serán más blandos o incluso líquidos.