Herpes labial en embarazadas y niños

También conocido comúnmente como "herpes labial" por el dolor que causa, el característico grupo de ampollas se convierte en costra cuando madura. Además de doloroso, el herpes labial plantea un reconocido problema estético que no es bien recibido en la mayoría de los casos. Surgen muchas preguntas, todas legítimas. Pero, ¿de dónde viene? ¿Por qué a mí? ¿Es realmente peligroso?

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Herpes labial en mujeres embarazadas

La importancia de un seguimiento especial

Durante el embarazo, es muy importante conocer el virus del herpes. Existen tres fases diferentes:

  • la fase de embarazo. El feto es frágil y su sistema inmunitario aún se está desarrollando. Si la madre transmite el virus del herpes al feto, puede causar ciertas consecuencias neurológicas, o incluso la muerte del feto.

Precaución: si el virus infecta a la madre durante el embarazo, también puede infectar al feto a través del torrente sanguíneo.

  • La fase del parto: Esta fase es especialmente problemática si hay herpes genital. Si la madre tiene un brote de herpes durante este periodo y el bebé entra en contacto con la lesión durante el parto, el bebé también se infectará.
  • Después del parto: El deseo de abrazar y besar a tu bebé es natural y universal. Pero puede ser problemático si le sale un herpes labial. El riesgo de infección es muy alto y el bebé, que aún tiene un sistema inmunitario débil, es muy sensible y puede sufrir complicaciones si se infecta con el virus.
Lo que hay que hacer

A las mujeres embarazadas que ya hayan contraído el virus del herpes, y que corran el riesgo de sufrir brotes de herpes en cualquier momento, se les aconseja que hablen con su médico, que les dará un tratamiento específico que no sea perjudicial para el niño.

Las mujeres embarazadas que no se hayan infectado por el virus deben estar especialmente atentas durante este periodo para evitar contagiarse.

Así, será importante lavarse las manos regularmente, evitar el contacto con personas infectadas por el virus del herpes y que tengan brotes de granos (también con sus pertenencias). También es importante el seguimiento de su ginecólogo para anticiparse a cualquier contaminación. Por último, en lo que respecta al herpes genital, hay que tener especial cuidado con el cónyuge en las relaciones sexuales.

Herpes labial en niños

Mayor riesgo de contagio y síntomas

El virus del herpes labial (VHS1) es muy común. Está presente en muchas personas, al menos en su forma latente. Es un virus muy contagioso que se transmite con extrema facilidad, sobre todo a las personas con sistemas inmunitarios más débiles, como los niños. En principio, el virus es benigno. Sin embargo, puede causar complicaciones, con síntomas más graves en caso de infección precoz en niños.

Padres, hermanos, hermanas, familiares, amigos, niñeras, canguros... los abrazos y muestras de cariño a bebés y niños son innumerables. Cada uno de ellos puede transmitir el virus del herpes labial sin darse cuenta necesariamente, si no tienen cuidado.

Así, un simple beso y el contacto entre un grano de herpes y la mejilla de un niño bastan para el contagio. Pero no sólo eso. El virus también estará presente en los dedos que hayan tocado un grano de herpes justo antes. Los objetos también pueden ser un factor de transmisión del virus si han estado en contacto. Pueden presentar un riesgo de contaminación durante varias horas.

Al igual que ocurre con los adultos, cuando el virus del herpes entra por primera vez en contacto con un niño, no se presentan síntomas, o éstos son muy escasos. Pero a veces el niño puede tener fiebre alta y estar gravemente deshidratado. En algunos casos, esto requerirá incluso la hospitalización si el estado general del niño es realmente muy débil.

A continuación, el virus se aloja en los ganglios linfáticos del cuello. Es la fase de latencia.
A partir de este momento, los síntomas del herpes labial (aparición de ampollas rojas, fiebre, fatiga, etc.) pueden aparecer varias veces al año (fase de recurrencia).

¡Cuidado si el virus provoca síntomas en los ojos! La aparición de ampollas en esta zona puede acabar provocando ceguera en el niño. Por ello, es importante acudir al médico para tratar este problema en cuanto aparezcan los primeros síntomas.

¿Cómo evitar el contagio de los niños?

  • No debe haber contacto entre el herpes labial y la piel del niño.
  • Aplicar un apósito impermeable sobre la lesión.
  • Lávese las manos rutinariamente, evite tocar demasiado el herpes labial.
  • No hables demasiado cerca del niño para evitar salpicaduras de saliva, que también pueden ser un factor de contaminación.
  • No comas del plato, la cuchara o el vaso del niño durante las comidas si tienes un grano de herpes.
  • Separa bien los paños.
  • Al lavar al niño, procure evitar el contacto con la lesión (proteja la lesión con un apósito impermeable).