El virus de la gripe de la A a la Z

Comúnmente se habla del virus de la gripe, ¡pero en realidad hay varios virus! La gripe es una enfermedad vírica y muy contagiosa, que se transmite fácilmente de una persona a otra. Fiebre, tos, dolores, cansancio... ¡Un sinfín de síntomas para una semana de sufrimiento! ¿Y qué pasa con el virus de la gripe, o más bien con los virus? Especialmente contagiosa, la gripe se extiende como un reguero de pólvora por toda Francia y crea epidemias, a veces graves y mortales. El virus de la gripe, que es el nombre científico de la enfermedad, tiene la particularidad de evolucionar constantemente, ¡lo que dificulta su localización por parte de los profesionales de la salud! ¡Zoom sobre el campeón de la mutación!

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Las 1001 caras del virus de la gripe

Composición

En detalle, los virus de la gripe se componen de una envoltura formada por dos glicoproteínas virales: la hemaglutinina, abreviada como H, y las neuraminidasas, abreviadas como N. Estos antígenos son virales y desempeñan un papel decisivo en la multiplicación y denominación del virus.

Estas glicoproteínas, que engloban el virus, nos permiten generar una nomenclatura de los diferentes virus de la gripe. Se la mostraremos, ¡un poco más abajo!

¿Qué nombres?

Los virus de la gripe son de los tipos A, B y C. Para que conste, el término gripe procede de los italianos del siglo XIV. Pensaban que la gripe estaba causada por las bajas temperaturas, por lo que la llamaron Influenza di freddo, literalmente "el virus del frío".

Los virus A y B son patógenos para el ser humano, mientras que el virus C no lo es. Cuando hablamos del virus de la gripe, en realidad estamos hablando de los virus de la gripe A y B.

Cuidado, virus mutante

Estos virus se caracterizan por un alto grado de variabilidad, conocido como cambio genético. De hecho, estos virus mutan y evolucionan constantemente con el paso del tiempo. Esto dificulta su tratamiento, ya que el sistema inmunitario siempre está desprevenido.

Esta es también la razón por la que las cepas de virus que causan epidemias estacionales varían de un año a otro. Los tratamientos no son eficaces todos los años.

Virus A

¡La más peligrosa! La gripe A es transmitida por animales, como las aves silvestres, y pueden contagiarla distintas especies animales, incluidos nosotros. El virus de la gripe A muta de forma bastante inesperada y la naturaleza contagiosa de la gripe no ayuda. Tanto la gripe porcina como la gripe aviar derivaron de virus del tipo A, y fueron mortales.

Virus B

El virus de la gripe de tipo B es algo a lo que todo individuo es susceptible. El virus de tipo B puede evolucionar, pero en general las posibilidades son escasas, lo que lo hace estable y fácilmente controlable. Así pues, se han creado y puesto en marcha cuidados para dar una respuesta eficaz al virus de la gripe B. Para que conste, el virus de la gripe B muta tres veces menos rápido que el virus de la gripe A.

Virus C

El último: ¡el virus de la gripe C! Este virus puede ser contraído por perros, cerdos y también seres humanos. Sin embargo, la infección humana es muy rara, sobre todo en adultos. Los niños tienen más probabilidades de infectarse con el virus de la gripe C, pero esto es poco frecuente. La infección puede dar lugar a complicaciones y luego volverse peligrosa. Que no cunda el pánico, sigue teniendo buen tratamiento y casi nunca ocurre.

Tiempo de incubación

El tiempo de incubación se define como el tiempo transcurrido entre la infección de un individuo por el virus de la gripe y la aparición de los primeros síntomas. En el caso de la gripe, el tiempo de incubación oscila por término medio entre 24 y 48 horas. La aparición de los primeros síntomas es entonces bastante rápida. Si está afectado por la gripe, los primeros síntomas no aparecerán durante el día, sino al día siguiente. Tenga cuidado. Aunque los primeros efectos de la gripe aún no hayan aparecido, una persona infectada por la gripe es contagiosa en cuanto ha estado en contacto con el virus, y ello durante un periodo medio de una semana.

Nomenclatura de los virus de la gripe

En el caso de los virus de la gripe, existe una nomenclatura para identificarlos de un año a otro y de un país a otro. Los virus de la gripe cambian constantemente, por lo que son siempre diferentes. Por tanto, el nombre concreto que se da a los virus de la gripe tiene en cuenta :

  • El tipo de virus: así es el virus (A o B)
  • El lugar de su aislamiento inicial: ciudad o región donde se declaró el virus.
  • El subtipo, que se compone de las dos letras del nombre de las proteínas de la envoltura del virus: encontramos la H para la hemaglutinina y la A para las neuraminidasas, cada una acompañada de un número que representa el tipo de molécula (del 1 al 16 para la H, del 1 al 9 para la N).

Por eso los virus responsables de las epidemias se denominan, por ejemplo, virus A(H1N1) = ¡Virus de la gripe tipo A con hemaglutinina tipo 1 (H1) y neuraminidasa tipo 1 (N1)! Como este virus se aisló por primera vez en España, también se le llama gripe española.

Estacionalidad de los virus de la gripe

Gripe: un virus de época

Los virus de la gripe tienen la propiedad de poder mutar. Estos virus cambian constantemente: en su superficie están compuestos por dos proteínas que pueden combinarse en 144 combinaciones. Así pues, el virus de la gripe es bastante imprevisible y sus cambios son difíciles de prever. Cada año hay que introducir una nueva vacuna que se adapte a las cepas dominantes del virus de la gripe en ese momento. Por eso se denomina gripe estacional.

En 2015, los investigadores desarrollaron una vacuna contra la gripe para proteger de la epidemia a las poblaciones susceptibles. Sin embargo, ¡la vacuna producida contenía cepas que ya no estaban en circulación en el momento del brote! Y sí, entre la fabricación de la vacuna y el inicio de la epidemia, ¡el virus de la gripe había mutado!

El virus de la gripe y el invierno: los mejores amigos

Hay varias razones por las que el virus de la gripe aparece y se propaga en invierno. En primer lugar, en invierno el sistema inmunitario está debilitado por la bajada de las temperaturas y el cambio de estación. La llegada del frío exige a nuestro organismo una lucha que no siempre es fácil. El cansancio, el trabajo y el tiempo gris afectan a nuestra forma y a nuestra salud, por lo que somos más vulnerables y más sensibles. El cuerpo humano tiene un déficit de vitamina D, útil para reforzar nuestro metabolismo.

En Francia, como todo el mundo sabe, es durante el invierno cuando se registran los casos de gripe. Cada año, el mapa de las epidemias de gripe aparece en los telediarios de la noche: ¡una auténtica castaña! Pero la verdadera pregunta, más que el número de personas afectadas, es: ¿por qué en invierno? Los picos epidémicos suelen producirse en diciembre y febrero. En climas templados como el nuestro, la gripe muestra su cara en invierno.

El periodo invernal también significa dos cosas: cambios frecuentes de temperatura entre el interior y el exterior y reuniones familiares. Y ¡sí! Cuando llega el frío, sube la calefacción en casas y pisos. El cambio regular de temperatura entre el frío y el calor hace que las mucosas sean más frágiles y más susceptibles a la penetración. Además, ya sabes que la gripe es muy contagiosa y, cuando hace frío, tendemos a reunirnos para entrar en calor... ¡y por tanto a intercambiar virus!

Por último, el virus de la gripe está adaptado al clima invernal. El frío y la menor humedad del aire favorecen su desarrollo. La menor humedad acelera la transmisión del virus, porque las partículas de agua son más finas, y también le permite mantenerse vivo más tiempo. El frío endurece la membrana, la envoltura del virus, que lo protege. Una vez dentro del cuerpo, la envoltura se derrite y el virus puede infectar las células y multiplicarse. Aquí es donde empiezan los problemas.

Centrarse en dos influencias famosas

La gripe española

Los virus de la gripe cambian constantemente. Para poder reconocerlos en las distintas regiones del mundo donde se desarrollan, se les da el nombre del país donde surgieron por primera vez antes de crear una epidemia. Sin embargo, en el caso de la gripe española, se llamó así porque España, no afectada por el secreto militar, fue la primera en mencionar públicamente la epidemia. Pero se cree que el virus de la gripe española se originó en Kansas, donde infectó a jóvenes soldados estadounidenses en campamentos militares.

El virus de la gripe española apareció entre 1917 y 1918. Este virus H1N1 creó una pandemia espectacular que afectó a poblaciones de todo el mundo. El virus de la gripe española fue responsable de 50 millones de víctimas en todo el mundo. La mayoría de las víctimas murieron por sobreinfecciones bacterianas, que se produjeron entre 4 y 5 días después de la infección. Las muertes se produjeron tras un periodo de unos 10 días. En aquella época no existían antibióticos, lo que explica la elevada mortalidad.

La gripe suele ser mortal para las personas llamadas "susceptibles", como las embarazadas, los niños y los ancianos. Esto se debe a que tienen un sistema inmunitario debilitado o que aún no funciona plenamente. Pero la gripe española afectó sobre todo a personas de entre 20 y 40 años. ¿Por qué ocurrió esto? Esta vulnerabilidad se explica por el perfil de los individuos y no por la agresividad del virus. Los adultos jóvenes no tenían inmunidad al virus de la gripe H1 y estaban debilitados por años de guerra.

Gripe aviar

La gripe aviar es una enfermedad vírica infecciosa que ataca a las aves silvestres (por ejemplo, patos o gansos, especies animales que entran en contacto con el agua). Estas aves silvestres no suelen mostrar signos externos de la enfermedad, ¡lo que complica las cosas! El control de la contaminación es muy difícil si no se sabe qué animales están afectados, porque no se les puede tratar.

El virus de la gripe aviar puede afectar a aves domésticas, como gallinas o pollos, que pueden provocar epidemias. Estos brotes pueden propagarse más allá de las aves a mamíferos como el ser humano por contacto directo o indirecto.

El virus de la gripe aviar es, por tanto, un tipo diferente de virus de la gripe. La gripe está causada por los virus de la gripe A, B o C. Los virus de la gripe se clasifican según el tipo de proteínas que componen su superficie, que pueden dividirse en 144 combinaciones posibles (16 hemaglutininas y 9 neuraminidasas). Así se obtiene, por ejemplo, el virus de la gripe H5N1, compuesto por 5 hemaglutininas y 1 neuraminidasa.

Los virus de la gripe pueden entonces mutar en multitud de combinaciones posibles y todas parecen ser capaces de infectar a especies animales. Algunas de estas mutaciones víricas han sido capaces de infectar a especies animales y a seres humanos, como el virus H5N1 de la gripe aviar.

La gripe aviar puede ser responsable de grandes oleadas de muertes. De hecho, el virus es mortal para los humanos. La evolución de la enfermedad en los pacientes afectados por la gripe aviar suele ser muy brutal. El deterioro del estado de salud es inequívoco. Los primeros síntomas son fiebre, muy alta, diarrea, vómitos, hemorragias nasales... Los síntomas son brutales y se manifiestan en una media de 48 horas.

En muchos pacientes se observa dificultad respiratoria al inicio de los síntomas y la producción de esputo es a veces sanguinolenta. Son frecuentes las sobreinfecciones bacterianas y fúngicas, además de las disfunciones corporales.

Como en el caso de la gripe española, a menudo son las sobreinfecciones y las complicaciones las más peligrosas que la propia gripe. Estas complicaciones afectan especialmente a grupos sensibles como los ancianos y los niños. La gripe puede causar tres tipos diferentes de complicaciones, pero la mayoría suelen estar relacionadas con el sistema respiratorio.

Complicaciones respiratorias:
como la neumonía vírica, que provoca insuficiencia respiratoria y a veces cardíaca. La neumonía vírica se produce a partir del segundo o tercer día, aunque es bastante rara. La gripe también puede provocar sobreinfecciones bacterianas, sobre todo con fiebre persistente después del quinto día.

Daños extra-respiratorios: El virus de la gripe puede causar muchas enfermedades en el paciente. Por ejemplo, infecciones de oído, convulsiones...

Deterioro de enfermedades crónicas: ¡Cuidado! Las enfermedades crónicas y el virus de la gripe no se llevan bien. La gripe puede provocar un deterioro de estas enfermedades.