Guía completa de la leche de burra

En la locura de los ingredientes naturales en los productos cosméticos, hay uno que destaca por su origen: la leche de burra. Si tuviéramos que rastrear su historia, el uso de la leche de burra como producto cosmético no es muy reciente. Ya era muy consumida en la Antigüedad por sus beneficios sobre la belleza... pero también sobre la salud. La gran Cleopatra nunca iba a ninguna parte sin su manada de burras para disfrutar de su baño de leche diario. Para ello necesitaba más de 300 animales. Famosa por su gran belleza, fue sin duda ella quien inició lo que vemos hoy: una avalancha de cosméticos naturales (o no) a base de leche de burra.

Ficha técnica de la leche de burra

Características técnicas de la leche de burra

Carné de identidad para la leche de burra

Nombre común: leche de burra
Otro nombre: Lacta asinus
Nombre INCI: leche de burra
Origen: animal
Formas encontradas: líquida (fresca o cruda) y en polvo (liofilizada o atomizada).

Características bioquímicas.

  • Vitaminas A, B1, B2, B6, D, C, E
  • calcio, magnesio, fósforo, sodio, hierro y zinc
  • Inmunoglobulinas
  • Alquilgliceroles
  • Ácidos grasos: omega-3 y omega-6
  • proteínas: 1,5 - 1,8
  • lípidos: 0,3 - 1,8
  • lactosa: 5,8 - 7,4

Características físicas.

  • Densidad a 20°C: 1,032
  • pH: 7,0 - 7,2

Propiedades de la leche de burra

Antienvejecimiento: el efecto antienvejecimiento de la leche de burra se debe a varios componentes. En primer lugar, su riqueza en proteínas le confiere un efecto tensor que atenúa las arrugas. A continuación, contiene vitamina C y E con propiedades antioxidantes para luchar contra los signos del envejecimiento. Por último, la vitamina A, además de sus propiedades antioxidantes, interviene en el metabolismo de la piel. Tónico y suavizante de la piel: calcio, magnesio, fósforo, sodio, hierro, zinc: ¡la leche de burra es muy rica en minerales y oligoelementos! Si estos compuestos tienen un impacto significativo sobre la salud, también lo tienen sobre la piel participando en su equilibrio, regeneración y protección. Junto con las vitaminas, estimulan la síntesis de colágeno, mantienen una buena elasticidad y aseguran una buena hidratación. La leche de burra es ideal para las pieles secas, sensibles e irritadas. Inmunoestimulante: la leche de burra es rica en alquilgliceroles, una sustancia grasa que se encuentra en la leche materna o en ciertos órganos inmunitarios, y que está destinada a reforzar las defensas naturales del organismo. Lo mismo ocurre con las inmunoglobulinas, presentes de forma natural en la sangre y que protegen el organismo. Problemas intestinales: la leche de burra tiene la capacidad de regenerar la flora intestinal y mejorar el tránsito. Participa así en el refuerzo del sistema inmunitario y combate el estreñimiento y otros problemas intestinales.

Leche de burra: un ingrediente precioso

¿Por qué está tan de moda la leche de burra?

Todo se reduce a su composición. Es tal que esta leche, junto con la leche de yegua, es muy parecida a la leche materna. Por tanto, es muy nutritiva, además de dermatológica. En primer lugar, contiene mucha más lactosa que la leche de vaca que se consume habitualmente, pero lo más interesante es que ¡contiene la mitad de grasa! En segundo lugar, los niños suelen tener alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, especialmente a la beta-lactoglobulina. Esta proteína simplemente no está presente en la leche de burra, por lo que hay menos riesgo de alergias. Tampoco contiene caseína coagulable, una proteína que a veces nos hace digerir mal la leche. También por este motivo es imposible hacer queso con leche de burra, aunque nos hubiera gustado combinar placer y bienestar. A nivel dermatológico, como hemos visto, su composición rica en ácidos grasos, aminoácidos, vitaminas y minerales la convierte en un ingrediente cosmético muy interesante para regenerar y suavizar la piel.

El oro blanco de la cosmética

Con todas estas buenas razones, uno podría decirse que en este caso ¡hay que ir a por el burro! Por desgracia, no es tan sencillo. Mientras que una vaca produce una media de 25 litros de leche al día, las burras producen de 2 a 4 litros de leche al día. Podemos entender mejor por qué a la leche de burra se la llama el oro blanco de la cosmética.La leche de burra sigue siendo, por tanto, un producto de belleza de lujo, muy escaso y desgraciadamente sobreexplotado en la actualidad. Esto implica terribles abusos como el maltrato de los animales. He aquí nuestros consejos para combinar la calidad del producto y el respeto por el animal:

  • Obtener leche de burra de granjas ecológicas, preferiblemente de productores responsables.
  • Compruebe el origen de la leche en los productos cosméticos que la contengan, o mejor aún, seleccione productos de belleza de pequeños productores que garanticen el bienestar animal.
  • Para conservar todos los beneficios de la leche, elija leche fresca o cruda en lugar de leche en polvo. Los procesos de secado suelen provocar la pérdida de ciertos componentes, como los ácidos grasos.

Precauciones para el uso de la leche de burra

Vías de uso autorizadas

Usuarios autorizados

Almacenamiento y conservación

La leche fresca debe conservarse en el frigorífico (12 horas como máximo), al igual que la leche cruda. Los polvos deben mantenerse alejados del calor y la humedad.