Prevenir y aliviar el asma con la dieta

El asma es una inflamación crónica de los bronquios. Es una enfermedad asintomática, excepto durante las crisis. Durante un ataque de asma, las vías respiratorias se congestionan y se estrechan, dificultando la respiración. Un ataque de asma no es trivial y puede convertirse rápidamente en una emergencia médica potencialmente mortal. Actualmente, más de cuatro millones de franceses la padecen. Estas cifras han aumentado considerablemente en los últimos 20 años. Se desconoce por qué la prevalencia del asma está aumentando con tanta fuerza. Para encontrar explicaciones, se están investigando diversas áreas de tratamiento, entre ellas la nutrición. La nutrición es un área del tratamiento del asma que no debe pasarse por alto. De hecho, los científicos han descubierto que una dieta compuesta mayoritariamente por productos procesados acentúa los síntomas de una crisis asmática. Por el contrario, una dieta rica en verduras, pescado y aceites vegetales mejora los síntomas. Por último, desde la primera infancia, la lactancia materna y un programa de diversificación alimentaria bien gestionado también influyen en la aparición del asma.

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Origen y síntomas del asma

El asma es un síndrome inflamatorio crónico de la mucosa bronquial. Se calcula que una de cada 20 personas en el mundo padece asma. La OMS está preocupada por el aumento del número de niños afectados por el asma. De hecho, la prevalencia del asma se ha triplicado en los últimos 20 años: 2% en los años 90 frente al 6% actual (aunque la tendencia es menos marcada en los adultos). El asma es actualmente la 28ª causa de reducción de la esperanza de vida en el mundo. Se han barajado varias hipótesis para explicar este fuerte aumento: cambios ambientales, confinamiento de las zonas de residencia, contaminación, terreno alérgico, urbanización, cambios en los hábitos alimentarios, etc.

El asma se caracteriza por varios cambios en el funcionamiento de las vías respiratorias: inflamación del epitelio bronquial, contracción de la musculatura lisa (broncoconstricción) e hipersecreción de moco. Todo ello reduce el diámetro de los bronquios y dificulta la respiración. La inflamación permanente de los bronquios los hace extremadamente sensibles a las interacciones externas. La reacción anormal del sistema inmunitario a determinadas sustancias provoca un ataque de asma. Los síntomas de una crisis de asma son múltiples: sibilancias, dificultad para respirar, tos, falta de aire, etc. Se presentan de forma intermitente y no son siempre los mismos. Se producen de forma intermitente y parecen empeorar por la noche. Los factores desencadenantes de una crisis son específicos de cada persona: polvo, infección vírica, humo, emociones fuertes, pólenes de gramíneas y árboles, pelo, olores fuertes, frío, plumas, ciertos medicamentos, etc.

En la actualidad, el asma no tiene cura. Los tratamientos existentes son paliativos: pretenden mejorar la comodidad de la vida de un asmático. Por lo tanto, es importante no descuidar otras intervenciones no terapéuticas, como la dieta.

El papel de la alimentación

Reducir la gravedad de los síntomas

El objetivo principal de la dieta esmejorar los síntomas de las crisis asmáticas centrándose en los :

  • Antioxidantes: el estrés oxidativo desempeña un papel importante en las enfermedades inflamatorias, como el asma. El estrés oxidativo es un desequilibrio entre la balanza de oxidantes y antioxidantes a favor de un exceso de radicales libres en el organismo. Este exceso de radicales libres hace que las células funcionen mal y mueran más rápido. Los nutrientes antioxidantes neutralizan los radicales libres o contribuyen al funcionamiento de las enzimas antioxidantes. Incluyen vitaminas (E, C y B2), oligoelementos (cobre, hierro, manganeso, selenio y zinc), fitonutrientes (carotenoides, polifenoles, terpenos, isocianatos, ácido fítico...) y cisteína. Una dieta rica en antioxidantes refuerza la protección antioxidante de los pulmones y mejora los síntomas de las crisis asmáticas.
  • Vitamina D: existen pruebas de que la vitamina D limita la exacerbación de los síntomas del asma. Un metaanálisis halló una relación positiva entre la administración de suplementos de vitamina D y los síntomas del asma.
  • Probióticos: Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidades suficientes, tienen efectos positivos para la salud al modular la composición de la flora intestinal. Se cree que los probióticos mejoran los síntomas del asma. Este beneficio parece ser más eficaz en los niños.

Reducir la inflamación

La inflamación crónica y exacerbada de los bronquios provoca su hipersensibilidad a determinadas sustancias. Por lo tanto, es esencial limitar la inflamación centrándose en :

  • Omega-3: el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) son ácidos grasos poliinsaturados antiinflamatorios. Forman sustancias (resolvina, maresina, protectina, etc.) que modulan la intensidad y la duración del proceso inflamatorio. También se conocen como pro-resolubles inflamatorios. Más concretamente, inhiben la producción de moléculas y mediadores de la inflamación y limitan la quimiotaxis (migración de las células inmunitarias al foco inflamatorio). Nuestra alimentación es deficitaria en omega-3. Para reducir la inflamación crónica de los bronquios, es evidente que hay que aumentar el aporte alimentario de omega-3.

Por el contrario, es importante limitar los nutrientes que aumentan la inflamación y, por tanto, los síntomas de las crisis asmáticas, como :

  • Omega-6: el ácido linoleico (LA) y el ácido araquidónico (AA) son ácidos grasos poliinsaturados proinflamatorios. Los omega-6 son precursores de los mediadores de la inflamación: prostaglandina y leucotrieno. Estos últimos desempeñan varias funciones en el proceso inflamatorio (quimiotaxis, aumento de la permeabilidad vascular, dolor, etc.). Los leucotrienos también tienen la particularidad de estimular la contracción de la musculatura lisa de los vasos sanguíneos (vasoconstricción) y de los bronquios (broncoconstricción). La broncoconstricción es un síntoma de ataque de asma.
  • Ácidos grasos saturados: En exceso, los ácidos grasos saturados (AGS) favorecen las reacciones inflamatorias. La inflamación crónica de los bronquios aumenta la sensibilidad a las sustancias que desencadenan las crisis asmáticas.
  • Alcohol: las bebidas alcohólicas son proinflamatorias: aumentan los marcadores biológicos de inflamación (interleucina-6, PCR, fibrinógeno).
  • Nitritos: Los nitritos son aniones naturales. Se utilizan en forma de sal de nitrito en la industria alimentaria. En abundancia, las proteínas y los nitritos interactúan y dan lugar a compuestos N-nitro. Un aumento de las especies nitrosantes reactivas incrementa el estrés nitrosativo, lo que agravaría el estrés oxidativo y aumentaría la concentración de marcadores biológicos de inflamación. Todo ello agravaría los síntomas de las crisis asmáticas.

Prevenir la crisis

También se cree que los prebióticos tienen una propiedad interesante en la prevención del asma. La inulina, la olifofructosa, los fructooligosacáridos (FOS), los xilooligosacáridos (XOS) y los galactooligosacáridos (GOS) son fibras prebióticas. Alimentan a un grupo selectivo de microorganismos vivos del intestino. Así, estimulan el desarrollo de bacterias beneficiosas para la salud en detrimento de las bacterias nocivas. La flora intestinal está estrechamente relacionada con el sistema inmunitario. Se cree que los productos de descomposición de los prebióticos por la flora intestinal, los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), reducen el riesgo de ataques de asma.

CASO ESPECÍFICO: A veces el asma es un síntoma de una alergia alimentaria. En este caso, es importante excluir el alérgeno de la dieta.

Alimentos que deben evitarse

Comida rápida

Un estudio de casos y controles analizó el impacto de la comida rápida en la salud de los niños. El estudio constató que una dieta rica en comida rápida (más de tres veces por semana) aumentaba significativamente la prevalencia de síntomas de asma en los niños. Existen varias hipótesis para explicar los efectos nocivos de la comida rápida sobre el asma: exceso de ácidos grasos saturados, desequilibrio en la relación omega-3/omega-6, falta de antioxidantes, alteración de la ecología de la microbiota intestinal, etc.

Le recomendamos que elija productos caseros.

Embutidos

Hay dos argumentos para evitar los embutidos en el asma. En primer lugar, contienen "grasas malas": ácidos grasos saturados, con una media de 6 g de ácidos grasos saturados por 100 g, y omega-6, con aproximadamente 2 g por 100 g. Por último, la sal de nitrito es un aditivo utilizado tradicionalmente en los embutidos.

Recomendamos :

  • comer un máximo de 50 g de embutidos a la semana: salchichas, albóndigas, paté, salami, beicon, etc.
  • dar preferencia a los embutidos sin nitritos.

Grasas animales

Las grasas animales son ricas en ácidos grasos saturados. En exceso, las grasas saturadas son proinflamatorias.

Recomendamos :

  • comer un máximo de 20 g de mantequilla al día. 20 g de mantequilla contienen 11 g de ácidos grasos saturados.
  • consumir un máximo de 60 g de nata fresca al día. 60 g de nata fresca contienen 12 g de ácidos grasos saturados.
  • evitar las grasas animales: manteca de cerdo, sebo, grasa de ave, etc.

Mantequillas vegetales

Algunas grasas vegetales están compuestas principalmente por ácidos grasos saturados. En exceso, pueden aumentar la inflamación, incluida la bronquial. Sin embargo, se necesitan más pruebas para confirmarlo. Como medida de precaución, evite su exceso.

Consejo: Para identificar los aceites vegetales ricos en AGS, basta con observarlos a temperatura ambiente. Si el aceite es sólido, está compuesto mayoritariamente por AGS. Si el aceite es fluido, contiene pocos AGS o ninguno.

Recomendamos :

  • consumir como máximo una cucharada sopera de aceites vegetales ricos en ácidos grasos saturados al día. Los aceites vegetales ricos en ácidos grasos saturados sonel aceite de coco (o copra), el aceite de palma (o palmiste), la manteca de karité, la manteca de cacao, etc.
  • consumir un máximo de 20 g de margarina al día. En general, las margarinas se elaboran a partir de aceites vegetales ricos en AGS (coco o palma) u omega-6 (girasol).

Frutos secos, semillas y aceites vegetales ricos en omega-6

Los productos del metabolismo de los omega-6 contribuyen al proceso inflamatorio y favorecen la contracción del músculo liso bronquial. La dieta estándar en los países occidentales es demasiado rica en omega-6. Revisar el consumo de alimentos ricos en omega-6 es fundamental para reducir la inflamación bronquial crónica.

Recomendamos :

  • limitar los aceites vegetales ricos en omega-6: aceite de pepitas de uva, aceite de girasol, aceite de maíz, aceite de algodón, aceite de sésamo, aceite de cártamo, aceite de cacahuete.
  • limitar las semillas ricas en omega-6: semillas de sésamo, semillas de calabaza.
  • Limitar los frutos secos ricos en omega-6: piñones, nueces de Brasil, pacanas, pistachos, cacahuetes (incluida la mantequilla de cacahuete).
  • favorecer los aceites vegetales, las semillas y los frutos secos ricos en omega-3 (indicados a continuación), con el fin de reequilibrar la relación omega-3/omega-6.

Alcohol

El consumo de alcohol amplifica los procesos inflamatorios. La inflamación anormal de los bronquios aumenta la reactividad de las vías respiratorias (ataque de asma).

Le recomendamos que limite el consumo de bebidas alcohólicas: como máximo una bebida estándar al día, y no todos los días.

Alimentos a privilegiar

Frutas, verduras y legumbres

Una dieta rica en frutas, verduras y legumbres mejora la salud de los asmáticos, gracias a sus componentes:

  • Antioxidantes: en las plantas se encuentra una amplia gama de antioxidantes, como la vitamina C y los fitonutrientes.
  • prebióticos: son fibras específicas que se encuentran en frutas, verduras y legumbres. Se encuentran principalmente en plantas de la familia de las Asteráceas (raíz de achicoria, alcachofa, salsifí, diente de león), la familia de las Liliáceas (espárragos, cebolla, chalota, ajo), la pataca y las legumbres (lentejas, garbanzos, alubias, etc.).
  • probióticos: cuando se consumen fermentados, los vegetales son una fuente de probióticos. Los probióticos mantienen la diversidad de la microbiota intestinal.

Recomendamos :

  • Come al menos tres frutas y verduras al día. Los vegetales más ricos en antioxidantes son: los frutos rojos (grosellas, arándanos, moras, arándanos rojos, uchuvas, etc.), las coles, los cítricos, el brécol, los pimientos y las lechugas (rúcula, lechuga, batavia, etc.).
  • Prefiera las frutas y verduras crudas para conservar los antioxidantes sensibles al calor.
  • Come verduras fermentadas con regularidad: al menos una vez cada quince días.
  • comer verduras ricas en prebióticos, para potenciar la acción de los probióticos.
  • comer al menos dos legumbres diferentes a la semana.

Pescado azul

Varios componentes del pescado azul contribuyen a limitar la inflamación y la gravedad de las crisis asmáticas. Todos los oligoelementos antioxidantes están presentes: cobre, hierro, manganeso, selenio y zinc. Estos contribuyen al funcionamiento del sistema de defensa del organismo contra el estrés oxidativo. También está presente la vitamina E, la vitamina antioxidante más potente.

Además, el pescado azul aporta todos los omega-3: ALA, EPA y DHA. Estos contribuirán a reequilibrar la relación omega-3/omega-6 y a limitar la inflamación.

Sin olvidar la famosa vitamina D, también disponible en el pescado azul. Por una ración (100 g) de pescado azul consumido, hay una media de 10 µg de vitamina D, lo que supone más del 65% de la Recomendación Nutricional para la Población.

Recomendamos :

  • comer al menos un pescado graso a la semana: salmón, sardinas, caballa, arenque, trucha, anguila, etc.
  • dar preferencia al pescado azul pequeño, menos contaminante: sardinas y caballa.

Semillas de lino y chía, frutos secos y aceites vegetales ricos en omega-3

Los granos de nuez son especialmente interesantes por su contenido en omega-3. Hay aproximadamente 1,1 g de ácido alfa-linolénico (ALA) en 15 g de nueces en grano. Además, las nueces contienen grandes cantidades de antioxidantes: manganeso, cobre, selenio, zinc y vitamina E.

Al igual que las nueces, las semillas de lino y de chía están repletas de ALA. Por término medio, hay 1,6 g de ALA en 15 g de semillas de lino y 2,6 g de ALA en 15 g de semillas de chía. Además de omega-3, las semillas también contienen antioxidantes: zinc, manganeso y cobre. Es mejor consumir las semillas molidas (sobre todo las de lino) para que sus micronutrientes estén disponibles.

Por último, ciertos aceites vegetales son concentrados de omega-3 que no deben descuidarse.

Recomendamos :

Opte por la etiqueta Bleu-Blanc-Cœur

La etiqueta Bleu-Blanc-Coeur certifica que la alimentación de los animales es rica en omega-3 en particular y respeta una buena relación omega-6/omega-3 (piensos a base de tortas de soja, lino o colza). Por tanto, los piensos certificados aportan más omega-3 que los no reconocidos por la etiqueta.

Le recomendamos que , a la hora de comprar, dé preferencia a los alimentos certificados "Bleu-Blanc-Cœur". Esto afecta a una amplia gama de productos: carne, productos lácteos, huevos, embutidos, aceites, pescado, pan, etc.

Alimentos alergénicos que hay que vigilar

Una alergia alimentaria es una reacción inadecuada del sistema inmunitario a una sustancia alimenticia. Identifica al alérgeno como el agresor. Tras la sensibilización, se organiza la reacción inflamatoria, que clínicamente se traduce en: estornudos, tos seca, picor de garganta, erupción cutánea... o ataque de asma.

Los principales alérgenos alimentarios son los productos lácteos, los huevos, el marisco, los frutos secos, la soja, etc.

Además, otros alimentos también pueden provocar falsas alergias. Estos son ricos en histamina. La histamina es un mediador proinflamatorio: es un potente vasodilatador, aumenta la permeabilidad vascular y estimula los nervios responsables del dolor. Cabe señalar que una deficiencia de diaminooxidasa (enzima responsable de la degradación de la histamina) favorece la sensibilidad a la histamina, lo que se conoce como intolerancia a la histamina.

Los alimentos más ricos en histamina son: alimentos fermentados (quesos, verduras fermentadas, etc.), embutidos, alcohol (especialmente cerveza), chocolate, carne de pescado, carnes ahumadas, pescados ahumados, tomates (y sus derivados), espinacas, berenjenas, aguacates, plátanos maduros, kiwis, piñas, etc.

Si su ataque de asma se identifica como resultado de una alergia alimentaria, consulte a un alergólogo y excluya de su dieta el alimento o alimentos desencadenantes.

Ponerlo en práctica: un menú típico para el asma

Siguiendo las recomendaciones, ofrecemos un ejemplo de menú diseñado específicamente para prevenir y mejorar el asma. Este menú enumera las familias de alimentos, dejándole la posibilidad de variar los placeres.

Desayuno :

  • Bebida caliente
  • Fruta cruda
  • Producto de cereales

Comida :

  • Verduras crudas (aliñadas con un aceite vegetal rico en omega-3)
  • Carne, pescado o huevos
  • Cereales o legumbres
  • Verduras cocidas
  • Productos lácteos

Merienda :

  • Semillas de nuez, lino o chía
  • Fruta

Cena :

  • Verduras crudas (aliñadas con un aceite vegetal rico en omega-3)
  • Pescados grasos
  • Producto de cereales
  • Verduras cocidas
  • Fruta cruda
  • Productos lácteos

Consejos adicionales

  • Actividad física: el deporte es esencial para combatir el asma. La actividad física desarrolla la capacidad pulmonar y fortalece los músculos respiratorios. Sin embargo, el deporte puede provocar una crisis de asma (lo que se conoce como asma inducida por el ejercicio). Para evitar una crisis de asma durante la práctica deportiva, es preferible calentar bien, evitar el deporte al aire libre cuando hace frío y evitar el deporte los días de máxima contaminación. También hay que evitar los deportes con animales (equitación, deportes con perros, etc.) si los ataques de asma son provocados por su pelo.
  • Aprovecha los rayos del sol: los rayos ultravioletas del sol (tipo B) son esenciales para la síntesis endógena de vitamina D, e incluso son nuestra principal fuente de ella. No es necesario exponerse demasiado tiempo cuando el sol es muy fuerte. Aplícate protección solar con FPS (factor de protección solar) igual o superior a 50, lleva ropa larga y protégete del sol lo antes posible.
  • Debe fomentarse la lactancia materna durante el mayor tiempo posible: los niños que no son amamantados y los que lo son durante menos de 12 semanas tienen más probabilidades de desarrollar asma al crecer. Cuidado, la lactancia materna no protege totalmente contra el asma. Si la lactancia materna es imposible o no se desea, el niño no necesariamente desarrollará asma.
  • Diversificación alimentaria adecuada: existe una relación entre la diversificación alimentaria en los niños y la prevalencia del asma. Los investigadores descubrieron que la aparición de asma en los niños es inversamente proporcional al número de alimentos introducidos antes del año de edad. Esto indica que cuantos más alimentos nuevos conozca un niño, menor será el riesgo de que desarrolle asma al crecer.
  • Pérdida de peso: el sobrepeso y la obesidad son factores que aumentan la prevalencia y los síntomas de las crisis asmáticas. Puede ser necesario un cambio en la dieta para reducir el impacto del asma en la vida cotidiana.
  • Recuerde relajarse: la ansiedad y el estrés son factores importantes en las crisis asmáticas (tenga en cuenta que no provocan la crisis).
  • Un estilo de vida lo más saludable posible: cuando se padece asma son necesarias varias normas de estilo de vida: ventilar la casa con regularidad, bajar la temperatura interior y mejorar la ventilación del hogar.
  • Proteja a los niños del tabaco: el tabaquismo pasivo en la primera infancia aumenta considerablemente el riesgo de asma. Si usted es fumador, evite fumar en presencia de un niño y prefiera hacerlo al aire libre. Por supuesto, dejar de fumar es la mejor solución.
  • Considere los aceites esenciales para aliviar el asma : algunos aceites esenciales son expectorantes o broncodilatadores. Ayudarán a reducir los síntomas de un ataque de asma.

¿Son el café y el jengibre alimentos broncodilatadores?

Se afirma que el café y el jengibre son alimentos antiasmáticos por su potencial efecto broncodilatador: se dice que estimulan la relajación de los músculos lisos de las vías respiratorias. Así, aliviarían directamente un ataque al aumentar el diámetro de los bronquios. Esta propiedad provendría de sus constituyentes: la cafeína para el café, el 6-gingerol, el 8-gingerol y el 6-shogaol para el jengibre. Para aclarar esto, tratemos estos alimentos por separado.

La cafeína es un alcaloide de la misma familia que la teofilina. La teofilina se utiliza (en dosis elevadas) para tratar el asma y las enfermedades bronquiales obstructivas (enfermedades respiratorias) por su efecto broncodilatador. También se cree que la cafeína tiene este efecto: se observa una modesta mejora de la función pulmonar tras el consumo de productos con cafeína.

El consumo de cafeína no previene ni detiene un ataque de asma. Simplemente ayuda a mejorar ligeramente los síntomas. Su acción es visible hasta cuatro horas después del consumo de cafeína en asmáticos.

Sin embargo, los datos científicos son demasiado escasos para determinar la dosis de cafeína necesaria para observar su débil efecto broncodilatador. El café no es el único alimento que contiene cafeína, sino también el té, el chocolate negro, el cacao en grano, el cacao en polvo sin azúcar añadido, el guaraná o el mate en polvo.

En cuanto al jengibre, sólo un estudio realizado in vitro sobre un cultivo celular de ratones y donantes humanos indica una relajación de los músculos tras la adición de 6-gingerol, 8-gingerol y 6-shogaol. Por el momento, los datos también son demasiado escasos para afirmar que el jengibre resuelve las crisis de asma: el protocolo se realiza in vitro y sólo se refiere a tres moléculas de jengibre.

Por tanto, los resultados de estos dos alimentos son alentadores. Pueden utilizarse como apoyo al tratamiento convencional.

¿Debe suprimirse la leche de vaca en caso de asma?

A menudo se culpa a la leche de vaca. Lo mismo ocurre en el caso del asma. Algunas prácticas populares apoyan la exclusión de la leche de vaca en presencia de asma. Según ellas, la leche de vaca aumenta la producción de mucosidad en las vías respiratorias, lo que empeora los ataques de asma. Sin embargo, no existen pruebas científicas ni relación alguna entre el consumo de leche de vaca y la producción de mucosidad.

Por tanto, este rumor carece de fundamento. La leche de vaca está permitida si tienes asma.

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