Conciliar viajes y asma: algunas precauciones que hay que tomar

Como bien saben los afectados, un ataque de asma puede producirse en cualquier momento, y en ese momento lo mejor es estar en la mejor posición posible para calmar el ataque lo antes posible. Un ataque de asma se caracteriza por dificultad para respirar, falta de aire y sensación de tener un silbido en la garganta. Esto puede hacer que viajar sea un verdadero calvario para los enfermos de asma, pero no significa que no quieras irte de vacaciones. Así que nos hemos propuesto descubrir todos los consejos para viajar con asma. ¡En marcha!

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¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad respiratoria que afecta a los bronquios y las vías respiratorias y puede provocar peligrosas complicaciones respiratorias. Afortunadamente, existen buenos tratamientos para calmar los ataques derivados de esta afección. Pero los asmáticos en general necesitan un médico que les siga y un acceso óptimo a los cuidados, lo que suele ser el caso cuando uno se queda en casa. Por eso es fácil comprender la ansiedad asociada a los viajes.

¿Qué desencadena una crisis de asma?

Los desencadenantes de los ataques suelen ser los alérgenos transportados por el aire, como el polvo, el polen, las moléculas contaminantes, pero también determinados alimentos y enfermedades. Todas estas cosas son muy aleatorias cuando se viaja. Sin embargo, ¡es importante estar preparado! Antes de emprender una aventura, es esencial que visite a su médico de cabecera para comprobar su asma y, en particular, asegurarse de que está bajo control.

Lo importante es elegir bien el destino

Ciertos climas o condiciones meteorológicas no son recomendables para los asmáticos. Por ello, algunos destinos deben evitarse:

  • Lugares de gran altitud: el aire es muy seco y contiene menos oxígeno. Dos elementos que pueden ser perjudiciales para los asmáticos. Por eso evitamos superar los 2500 m, pero hasta los 1500 m es incluso recomendable porque el aire contiene menos partículas alergénicas y contaminantes.
  • Regiones cálidas y áridas: en algunas zonas desérticas, por ejemplo, el aire es demasiado seco y contiene muchas partículas de polvo que pueden provocar una crisis.
  • Destinos con altas temperaturas: tanto si el clima es árido como húmedo, el calor suele provocar la necesidad de aire acondicionado. Sin embargo, un sistema de ventilación en mal estado puede dispersar rápidamente partículas en suspensión en tu espacio vital y correr el riesgo de desencadenar una crisis.
  • Por último, hay que evitar ir a las grandes aglomeraciones especialmente contaminadas. Incluso para las personas que no padecen asma, el aire es muy malo para la salud, así que puede imaginarse para alguien que sí...

En general, infórmese sobre el destino y su clima antes de partir. En las páginas web de las embajadas francesas en el extranjero, por ejemplo, suele encontrarse toda esta información.

Algunos consejos

Volar con asma no es divertido. El estrés, el aire acondicionado y las comidas pueden desencadenar un ataque. Así que recuerde llevar siempre su medicación en el equipaje de mano, siempre cerca. Por tanto, es esencial tener una prescripción médica si no quiere salir sin su medicación. Además, algunos tipos de tratamiento para el asma, sobre todo los aerosoles, pueden desintegrarse bajo presión en la bodega.

Vivienda :

Si está acostumbrado a tener un interior higienizado para satisfacer las necesidades de su enfermedad, es posible que el destino de su viaje no se encuentre en el mismo estado. Antes de reservar, compruebe si hay alfombras y cortinas que puedan tener ácaros. Existen fundas antiácaros en el mercado que pueden salvarte la vida. Ni que decir tiene que evitemos la presencia de animales...

Alimentación :

Por último, un consejo extra: ¡cuidado con lo que come! Aunque las especialidades locales son especialmente apetitosas, procure seguir su dieta habitual o pida consejo a un especialista. Con todos estos esfuerzos, podrá disfrutar de sus vacaciones con toda tranquilidad.