El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de los bronquios. Esta enfermedad provoca síntomas relacionados con la obstrucción más o menos reversible de las vías respiratorias. Afecta a gran parte de la población, jóvenes y mayores, niños y niñas y, por supuesto, ¡embarazadas! Pero entonces, ¿tener asma influye en el éxito de un embarazo? ¿Tendrá asma el bebé o no es una enfermedad hereditaria? Para saber todo sobre estas preguntas y más, aquí tienes un breve artículo lleno de información sobre el embarazo para mujeres con asma.
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El asma tiene consecuencias más o menos graves sobre el embarazo. Estas consecuencias ya dependen de lo avanzada que esté el asma de la madre. Si la madre padece asma grave, aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo. Durante el embarazo, el asma puede evolucionar de tres formas distintas: en un tercio de las mujeres mejora, en un tercio permanece estable y en el último tercio empeora. Esto exige un mayor control del asma durante el embarazo, especialmente durante el tercer trimestre.
NB: tanto si el asma ha mejorado como si ha empeorado durante los meses de embarazo, vuelve a su estado anterior en aproximadamente un trimestre.
La respuesta es un no rotundo. Nunca debes dejar de tomar tu medicación para el asma cuando estés embarazada, ya que podrías empeorar la situación. Además, la mayoría de los medicamentos que se recetan para tratar el asma no son perjudiciales para la embarazada ni para el feto, ya que no tienen efectos indeseables.
Precaución: el tratamiento debe tomarse lo más en serio posible para que tenga un impacto óptimo. Los tres primeros meses de embarazo son cruciales para la embarazada y el feto. Las mujeres embarazadas no deben suspender en ningún caso su medicación contra el asma cuando se enteran de que están embarazadas.
Consejo: Para estar segura, asegúrate de seguir con tu medicación actual para el asma y no busques nuevos tratamientos por estar embarazada. Se ha evaluado el impacto de los fármacos más antiguos contra el asma en las mujeres embarazadas. Los fármacos más nuevos carecen de retrospectiva en cuanto a su uso y efecto en las embarazadas y el feto.
Deben tenerse en cuenta las consecuencias para el feto y la joven madre debe ser consciente de ellas. El feto puede nacer prematuramente, lo que aumenta el riesgo de bajo peso al nacer. Estas consecuencias se deben a la falta de oxigenación de la madre, en respuesta a su asma. Por tanto, lo más importante es evitar a toda costa las crisis asmáticas. Esto significa seguir al pie de la letra su tratamiento básico, deshacerse de los ácaros del polvo y evitar esfuerzos físicos excesivos.