La gonartrosis está causada por el desgaste del cartílago de la rodilla. En efecto, la degradación o incluso la desaparición del cartílago tiene varias consecuencias. En primer lugar, el hecho de que los huesos se toquen directamente y provoquen no sólo fuertes dolores, sino también la imposibilidad de mover la pierna con facilidad. En segundo lugar, suele haber inflamación de los músculos y tendones que rodean la articulación. Sin embargo, el dolor no procede del hueso, que no está estriado, sino de la inflamación que provoca. A su vez, el líquido sinovial (el líquido que permite que las articulaciones se deslicen con suavidad) se inflama debido a los pequeños fragmentos de cartílago desgastado que interfieren entre los dos extremos del hueso. Si la inflamación llega a ser demasiado grande, se denomina artritis. Por desgracia, estas dos enfermedades tan diferentes suelen ir de la mano.
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La primera es, sobre todo, la vejez. En efecto, casi el 80% de los franceses mayores de 75 años están afectados por la artrosis. Esto se debe a que el cartílago está formado por células que se dividen más lentamente que la mayoría de las demás partes del cuerpo, a la vez que está sometido a un estrés especial a lo largo de nuestra vida. Pero la edad avanzada no puede ser por sí sola un factor suficiente de invalidez de la artrosis, y ésta es a menudo la consecuencia de otros factores como los que vamos a describir.
El segundo factor es el uso que ha hecho de sus rodillas en los últimos años. ¿Es usted un deportista empedernido? La práctica intensiva de ciertos deportes puede provocar un desgaste demasiado rápido y difícil de corregir para el organismo. Algunos deportes, como el fútbol, el rugby, el esquí o el tenis, sobrecargan mucho las rodillas y son propensos a la aparición precoz de la artrosis. Es posible que ya haya sufrido uno de estos accidentes: desplazamiento de la rótula o rotura de los ligamentos cruzados. Entonces es más probable que la artrosis aparezca precozmente.
Por último, la forma de las piernas. Si tus piernas están arqueadas hacia fuera o hacia dentro, la probabilidad de desarrollar artrosis más adelante se multiplica por diez.
En primer lugar, no dejes de hacer ejercicio diciéndote a ti mismo que vas a dar un descanso a tus rodillas. Aunque te parezca una buena idea, debes hacer algo de ejercicio, pero no uno que suponga un esfuerzo para tus rodillas. Los deportes recomendados son el ciclismo, la marcha nórdica o la natación.
En segundo lugar, existen medicamentos para ello, como el paracetamol u otros analgésicos y antiinflamatorios, la mayoría de los cuales se dispensan con receta médica, así que no dudes en pedir consejo a tu médico y farmacéutico.
Probablemente conozcas nuestra predilección por las soluciones naturales. Así que, para terminar, te aconsejamos que recuperes el calcio comiendo productos lácteos o distintos tipos de frutos secos (sobre todo almendras). Come también frutas y verduras por los antioxidantes y vitaminas que contienen. Intenta comer todo tipo de coles (¡llenas de antioxidantes!) y en cuanto a las frutas, come piña y frutas del bosque (frambuesas, moras, grosellas, etc.). Por último, interésate por la fitoterapia (cuidados a través de las plantas). La garra del diablo, la boswellia serrata y la cúrcuma tienen muchas virtudes contra la artrosis.
La Compagnie des Sens le desea todo el coraje y la energía que necesita para luchar contra esta enfermedad y le invita a no tomarse la artrosis como una fatalidad, sino como un fenómeno al que el cuerpo puede hacer frente si se le ponen los medios necesarios.