Cera de abejas: de las velas a los cosméticos

La cera de abeja es producida por las "glándulas cereras" de las abejas, que se desarrollan entre la segunda y la tercera semana de vida y producen cera hasta que la abeja muere. La cera es entonces casi blanca, parecida a finas escamas, y es amasada por las mandíbulas de la abeja y mezclada con su saliva. El resultado es una pasta grasienta que las obreras utilizan para fabricar las celdillas de la colmena. La cera es una sustancia grasa y compacta, de naturaleza lipídica, 3/4 partes de la cual están constituidas por ésteres de ácidos grasos y alcohol, 1/4 por hidrocarburos, así como algunas otras sustancias (vitamina A, pigmentos, etc.). Es un compuesto estable que se conserva muy bien, aunque es preferible fundirlo para esterilizarlo. A continuación, se vierte y se guarda en un recipiente hermético.

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Producción y recolección

Dentro de la colmena, la cera puede proceder de dos lugares: de los tapones que cierran las celdas o de los marcos viejos ya utilizados. Según su origen, la cera de los tapones es muy pura, mientras que la de los marcos viejos contiene muchas impurezas. Así, en el primer caso, la cera de las celdillas se purifica para su uso en apiterapia o cosmética, mientras que la cera de los marcos viejos se utiliza en la industria, por ejemplo para fabricar velas.

Además, la cera de abejas se ha utilizado desde la noche de los tiempos, ya sea como vela para iluminar, para sellar cartas o para moldear esculturas. Además, la cera blanca (de los capuchones) se utilizaba antiguamente para hacer preparados dermatológicos, como cataplasmas para aplicar sobre quemaduras o heridas infectadas. Hoy en día, la cera blanca o amarilla se sigue utilizando mucho en cosmética. Se elige como excipiente y agente protector en la constitución de pomadas, leches, máscaras de pestañas, barras de labios, cremas antiedad, etc. La cera es un material estable y flexible que constituye un soporte ideal para la mezcla de productos orgánicos. Además, tiene un efecto revitalizante que devuelve a la piel luminosidad, flexibilidad y tonicidad.

Otro uso original de la cera de abeja que combina vela y salud es el de las llamadas velas de oído Hopi (que significa "gente pacífica"). Se trata de velas formadas por un largo cono hueco de cera de abeja de hasta 30 cm de longitud, que se utilizan para tratar los tapones de cerumen. Esto se debe a que el calor de la cera ardiendo (en la base) se propaga a los tímpanos, lo que ablanda las distintas impurezas presentes y permite eliminarlas, ya que también se crea un vacío en el oído. Los depósitos de cera son aspirados y recogidos en el cono de cera de abeja. Gracias a las velas, que ayudan a limpiar a fondo el oído y a eliminar los tapones de cerumen, ¡se acabaron los zumbidos de oídos! (zumbido de abeja... ¿lo tienes?)

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