La jalea real es una sustancia cremosa, de color blanco a amarillo pálido, de aspecto gelatinoso y sabor dulce, aunque ligeramente amargo. Sirve de alimento a todas las larvas en los primeros días de su desarrollo y es el alimento exclusivo de las reinas, de ahí su nombre. La jalea real es un alimento excepcional, que permite a la reina evolucionar de forma diferente y desarrollar un aparato reproductor femenino perfectamente funcional. Gracias a ello, puede vivir 4-5 años y poner 2.000 huevos... ¡al día! En cambio, las abejas obreras y los machos (zánganos) no reciben más jalea después de su cuarto día de vida, y sólo se alimentan de polen o miel, por lo que su crecimiento y su esperanza de vida son mucho más cortos (una abeja obrera sólo vive 4-5 semanas en verano). Además, gracias a la jalea real, la reina es más resistente a las enfermedades y más robusta. Dado que la supervivencia de la colmena depende de la reina, cuya supervivencia está ligada a la jalea real, está claro que este producto es un producto indispensable con múltiples propiedades, ¡que hará las delicias tanto de las abejas como de los humanos!
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Gracias a su rica composición, la jalea real produce energía y estimula el metabolismo. Ayuda, por ejemplo, a favorecer el aumento de peso en los lactantes, a mejorar la recuperación en caso de convalecencia por exceso de trabajo, a mejorar el rendimiento de los deportistas y a limitar las carencias sexuales tanto en el hombre como en la mujer. Excelente estimulante intelectual, la jalea real aumenta el humor psicológico y la memoria al mejorar el metabolismo de las neuronas. Además, gracias a sus componentes nerviosos, ayuda a combatir el estrés y a limitar la emotividad o la irritabilidad. Así pues, una cura de jalea real es revitalizante y estimulante, y constituye un excelente remedio para preservar el sistema nervioso y garantizar su eficacia.
Propiedades antiinfecciosas :
Al igual que otros productos de la colmena, la jalea real aumenta las defensas inmunitarias para resistir mejor a las infecciones en invierno o en caso de fatiga. Tan eficaz como ciertos antibióticos contra los virus y ciertas bacterias, la jalea real es el aliado ideal para prevenir o tratar este tipo de infecciones.
Propiedades analgésicas :
Gracias a la fenilalanina, la jalea real estimula la secreción de endorfinas, que son nuestras moléculas analgésicas.
Propiedades antioxidantes :
Gracias a su riqueza en vitamina B5, precursora de la coenzima A, molécula esencial para el metabolismo, la jalea real posee propiedades antioxidantes y antienvejecimiento. Además, junto con otros componentes, luchan contra los radicales libres que dañan las células y aceleran el envejecimiento.
Propiedades digestivas:
La jalea real es eupéptica y estomacal, es decir, estimula el estómago y favorece la digestión. También es beneficiosa para el intestino y ayuda a combatir las úlceras gástricas o duodenales y la colitis.
Propiedades cardiovasculares :
Las vitaminas B9 y B12 que contiene contribuyen al aumento del nivel de hemoglobina en la sangre y a la actividad del músculo cardíaco.
Propiedades anticancerígenas :
Al igual que el propóleo, a la jalea real se le atribuyen propiedades favorables para el tratamiento del cáncer, como se ha demostrado en animales y se está estudiando actualmente en seres humanos. No obstante, es necesario actuar con precaución en caso de cáncer hormonodependiente.
La jalea real es un producto con múltiples virtudes, que refuerza el sistema inmunitario, retrasa el envejecimiento celular, favorece el bienestar físico y mental, ¡y mucho más!
La jalea real debe consumirse para reducir la fatiga y estimular el sistema inmunitario. Será útil para prevenir infecciones, tonificar el organismo y equilibrar el sistema nervioso. Tradicionalmente se utiliza como cura durante 4 a 6 semanas, pura o mezclada con miel, o liofilizada en cápsulas, comprimidos o ampollas. La dosis ideal es de 0,5 a 0,6 g al día que deben tomarse en ayunas, 15 minutos antes del desayuno, y hasta 1 g por toma en caso de exceso de trabajo o convalecencia. En el caso de los niños, las dosis deben dividirse por dos o más, en función de la edad y el peso.
La cura de jalea real es ideal en los cambios de estación, en todas las etapas de la vida, y puede utilizarse más particularmente para :
La jalea real está contraindicada para las personas alérgicas a la miel, al veneno de abeja o a cualquier otro producto de la colmena. También debe tenerse precaución en caso de asma, eczema o patología hormono-dependiente.
La jalea real pura en frasco debe conservarse en el frigorífico entre +2 y +5°C.
Tras la recolección, la jalea real se almacena en frascos a una temperatura comprendida entre 2 y 5 °C, al abrigo de la luz, antes de su envasado. A continuación, debe guardarse en el frigorífico. Además, una colmena sólo produce una media de 150 a 300 g de jalea real al año. Se trata, por tanto, de un producto extremadamente preciado, lo que explica su coste final, que puede parecer un poco elevado.
Cabe señalar que la composición de la jalea real varía ligeramente en función de la raza de abeja y de su alimentación natural (polen y néctar), pero por término medio hay :
¡Y es en esta última parte, muy pequeña, donde reside el poder de la jalea real! En efecto, estos últimos constituyentes son activos en concentraciones muy bajas, y las cantidades presentes en la jalea real son suficientes para una acción importante: la jalea real aporta vitamina B5 (es el producto natural más rico en ella), vitaminas B1, B2, B3, B7, B8, B9 y B12, y también minerales y oligoelementos (calcio, fósforo, potasio, magnesio, hierro, cobre y silicio). Como todos estos elementos son esenciales para el metabolismo y el sistema inmunitario de nuestro organismo, está claro lo "real" que es esta jalea. Además, el10-HDA, cuyo contenido mínimo está regulado, es especialmente interesante, y los estudios le atribuyen un efecto inmunoestimulante. Pero sus propiedades no acaban aquí. En efecto, contiene acetilcolina, un neuromediador importante para el equilibrio del sistema nervioso, así como sustancias similares a las hormonas esteroides, que pueden desempeñar un papel en ciertas enfermedades. Por último, cabe destacar que entre el 15% de proteínas, la jalea real contiene todos los aminoácidos esenciales (ocho en número) que permiten la síntesis de los demás y, por tanto, ¡son esenciales para nuestro correcto desarrollo!
La jalea real es segregada entre el quinto y el decimocuarto día de vida por las glándulas cefálicas faríngeas y mandibulares de las abejas nodrizas jóvenes. Aunque está presente de forma natural en la colmena, lo está en cantidades insuficientes y en una forma que no es adecuada para su utilización. Además, la cantidad presente es la necesaria para su utilización dentro de la colmena, como alimento de las larvas jóvenes y de la reina, por lo que es imposible eliminarlo de este modo privando a la colonia. Por ello, los apicultores han desarrollado técnicas especiales para producir jalea real de forma responsable, sin poner en peligro la supervivencia de las abejas.
El apicultor es muy importante aquí: en primer lugar, habrá seleccionado determinadas razas de abejas que se sabe que producen más jalea real. Además, el apicultor induce artificialmente la cría de reinas: la técnica puede parecer bárbara, pero los apicultores piensan ante todo en la buena salud de sus colmenas y lo hacen con respeto hacia las abejas. En primer lugar, el apicultor saca a la reina de la colmena. Pero las abejas son insectos muy inteligentes, ¡cuyo instinto de supervivencia está grabado en la colmena! Estos insectos "sociales" no existen realmente como individuos, porque es la colonia entera la que forma al individuo. Así que, muy poco después de este trágico suceso, las abejas reaccionan y las enfermeras crían nuevas larvas reales en celdas especializadas. Esta vez, sin embargo, el apicultor es astuto como un zorro y coloca señuelos en las celdas reales para sustituir a las larvas. A continuación, introduce en la colmena un marco con unos cincuenta vasos de plástico en los que se colocan las larvas jóvenes, creando así una cría de reinas. Esta estratagema engaña a las enfermeras, que siguen llenando estas celdas de jalea real que el apicultor se complace en recuperar 3 días más tarde (habiendo tenido cuidado de retirar con cuidado la larva reina). Esta técnica requiere una delicadeza extrema por parte del apasionado productor, y se denomina injerto. En efecto, dado el pequeño tamaño de las larvas (1/4 de mm) y, por tanto, de los vasos de plástico utilizados como señuelo, es necesario ser muy meticuloso en la recolección, que se realiza por aspiración.