Conocida por sus propiedades antisépticas, cicatrizantes y antiinflamatorias, la miel se utiliza para tratar heridas, quemaduras, inflamaciones respiratorias, ¡y muchas otras! Sin duda el producto más conocido de la colmena, la miel se utiliza tanto por sus virtudes gustativas como por sus beneficios para la salud. Se ha utilizado desde la noche de los tiempos, y era un auténtico néctar de los dioses que los faraones utilizaban en las bodas (¡de ahí la famosa "luna de miel"!). Según la mitología egipcia, las abejas son las lágrimas de Ra, el dios del sol, por lo que la miel es un producto divino utilizado en muchos medicamentos, ¡y no sólo como excipiente! Por ejemplo, durante la Primera Guerra Mundial, la miel se utilizaba en las trincheras para tratar las heridas de los soldados y acelerar su curación. Como decía Victor Hugo, "la vida es una flor, el amor es la miel". Y esta máxima demuestra hasta qué punto la miel es un alimento con múltiples virtudes, ya sea para la salud, la cosmética o la alimentación.
Artículos relacionados [Ver]. - Apiterapia: todos los beneficios de los productos de la colmena - La vida de las abejas, la reina y la colmena - Cera de abejas: de las velas a los cosméticos - Propóleo: propiedades, beneficios y usos - Jalea real: propiedades, beneficios y usos - Veneno de abeja: las virtudes de un veneno - Polen: propiedades, beneficios y usosPropiedades antiinfecciosas y antibióticas :
La miel es conocida desde la antigüedad por sus propiedades antiinfecciosas: la miel impide la proliferación bacteriana, vírica o fúngica gracias a una enzima, la glucosa oxidasa, que produce peróxido de hidrógeno (como el agua oxigenada), que es un antiséptico natural. Además, tiene una baja concentración de proteínas que impide el crecimiento de las bacterias. Por último, su acidez dificulta la multiplicación de las bacterias, completando su acción antibacteriana. Puede utilizarse con este fin tanto en la piel como en ingestión para la esfera respiratoria o digestiva.
Propiedades cicatrizantes:
Utilizada a menudo como antiséptico para curar heridas, la miel también tiene propiedades cicatrizantes que justifican de nuevo su uso en la piel. Impide el desarrollo de bacterias y regenera el tejido cutáneo para una buena cicatrización. Esta acción se debe a su alta osmolaridad, lo que significa que la miel atrae el agua, drena la linfa y el plasma hacia el exterior, eliminando los restos y limpiando la herida. La miel es, por tanto, un conocido agente antiséptico y antibacteriano, que ayuda a cicatrizar las heridas.
Propiedades antioxidantes :
Gracias a la presencia de numerosos flavonoides, la miel tiene un importante poder antioxidante, ya que éstos neutralizan los radicales libres, teniendo así un efecto beneficioso en la prevención de ciertos cánceres o enfermedades cardiovasculares. También podemos señalar aquí que la miel "oscura", más rica en flavonoides y fructosa, sería más eficaz para estas propiedades terapéuticas.
Propiedades energéticas y tonificantes:
La miel es un tónico general para el organismo que refuerza el sistema inmunitario. Por lo tanto, te ayuda a resistir mejor las infecciones microbianas y es una gran aliada cuando te sientes cansado y decaído. Además, al estar repleta de azúcar, la miel es una muy buena fuente de energía que puede darte un empujón cuando lo necesites. Sin embargo, ten cuidado si eres diabético o estás cuidando tu cintura, ya que la miel tiene un mayor poder edulcorante que el azúcar y es muy alta en calorías. También tiene un alto poder cariogénico, ¡y todos estos hidratos de carbono no son necesariamente buenos para los dientes!
Propiedades sedantes y calmantes:
La miel permite la liberación de serotonina, un neurotransmisor que favorece el sueño. Así que, en lugar de añadir un terrón de azúcar a tu té de la noche, ¡diluye una cucharada de miel para descansar bien!
Propiedades respiratorias :
Contra la tos o el dolor de garganta, la miel proporcionará un efecto calmante inmediato y duradero. Gracias a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias, es eficaz para calmar los síntomas del resfriado y aliviar el sistema respiratorio. Calmará las irritaciones respiratorias y reducirá la adhesión de las bacterias a la pared respiratoria, impidiendo así su proliferación.
Propiedades digestivas :
La miel actúa directamente sobre la esfera digestiva, y es eficaz para tratar las infecciones estomacales e intestinales, reducir la inflamación o las úlceras gástricas, así como el estreñimiento temporal. Gracias a sus enzimas "diastasa", favorece la digestión y estimula el estómago. Por último, tiene un ligero poder laxante (variable según la miel) y limita la fermentación intestinal.
Propiedades protectoras cardiovasculares:
Gracias a las vitaminas del grupo B, que son antioxidantes, la miel limitará la aterosclerosis, ejerciendo una acción beneficiosa sobre el corazón y los vasos sanguíneos.
Apoyo a los aceites esenciales en la ingestión:
Es algo en lo que no pensamos necesariamente al principio, pero que puede ser muy útil: y sí, la miel es una muy buena solución para diluir los aceites esenciales y servir de soporte para su ingestión. Además, si las mezclas se hacen en grandes cantidades para un uso prolongado, podemos hablar en este caso de aromiales, que son por tanto asociaciones entre miel y aceite(s) esencial(es) (en cantidades inferiores al 1%).
Propiedades gustativas :
Si la miel es tan famosa, es sobre todo por su uso en la cocina. Ya sea para acompañar la comida, en una salsa o sobre una tostada, este suculento producto dulce no tiene rival y, hay que reconocerlo, ¡sería un error privarse de él!
Propiedades cosméticas :
Utilizada desde la antigüedad en cuidados de belleza, la miel tiene un pH próximo al de la piel (de 4 a 6), y su rica composición la convierte en un excelente agente hidratante, emoliente, suavizante y tonificante. Nutre las células, favorece su renovación y ayuda a mantener el aspecto joven de la piel.
Como la miel es un buen portador de Clostridium botulinum, la bacteria responsable del botulismo (una enfermedad que afecta al sistema nervioso), no se recomienda en absoluto para niños menores de 1 año. En efecto, esta bacteria se encuentra en el polvo y la tierra y puede ser transportada por las abejas y hallarse en la miel. Sin embargo, antes del año de edad, el sistema inmunitario del bebé aún no está preparado para defenderse de este microorganismo, y si consume miel infectada, pueden desarrollarse esporas en su intestino y desencadenar el botulismo infantil.
En función de las plantas recolectadas y, por tanto, del entorno medioambiental en el que se encuentran las abejas, existen distintos tipos de miel con diferentes composiciones y, por tanto, distintas propiedades:
Pero eso no es todo. Mieles de espino blanco, de espino cerval, de brezo, de roble, de eucalipto, de frambuesa, de naranja, de romero, de girasol o incluso de trébol, casi se podría decir que hay tantas mieles como flores, lo que haría... ¡muchas mieles diferentes! Así pues, la lista anterior no es exhaustiva, y existen algunas mieles especialmente potentes, como la miel de Manuka, ¡que desarrollaremos a continuación!
Miel de Manuka, ¿la estrella de las mieles? Según algunas investigaciones, es el Rolls-Royce de las mieles.
De color entre ámbar y anaranjado, esta miel procede delárbol de man uka (primo del árbol del té, una planta importante en la medicina maorí) que se encuentra exclusivamente en Nueva Zelanda y Australia. Se dice que la miel de manuka es muy superior a otras mieles por su alto contenido en metilglioxal, que es la fuente del índice UMF (Unique Manuka Factor): cuanto más alto es, ¡más activa es la miel! Y como a los franceses les gusta hacer lo que quieren, este índice equivale alIAA en Francia. Este índice representa el poder de la miel: por debajo de 10+, sólo se utilizará por sus cualidades nutritivas, entre 10+ y 16+ será ideal para apoyar a su organismo, darle un empujón y cuidar de su salud a diario, y se necesita un IAA mínimo de 18+ para aprovechar todos sus beneficios terapéuticos.
Es un potente antibacteriano, muy cicatrizante, potenciador delsistema inmunitario y preventivo de infecciones respiratorias. Es muy eficaz contra la tos y los problemas respiratorios, y tiene acción sobre el acné/eczema. Por último, facilita un sueño profundo y reparador.
Los estudios han demostrado que la miel de Manuka tiene una acción bactericida superior a la de algunos antibióticos, ¡e incluso es eficaz contra el temido Staphylococcus aureus! Eficaz contra las diversas bacterias implicadas en la sinusitis, los resfriados y otras infecciones respiratorias, los estudios también han demostrado que actúa con mayor rapidez y potencia que otras mieles. Además, tiene un efecto extraordinario en heridas, cicatrices, quemaduras, hongos, úlceras de estómago (especialmente las causadas por Helicobacter pylori), así como en úlceras bucales, sinusitis y dolores de garganta. Y por si fuera poco, ¡estimula el sistema inmunitario!
El metilglioxal de la miel de Manuka impide que las bacterias se adhieran al tejido dañado y es un hidratante antimicrobiano muy eficaz para la cicatrización. Puede aplicarse sobre una herida limpia antes de colocar un apósito. Además, es mejor utilizar una miel con un UMF (o IAA) de 18+ o 20+ para aprovechar su máxima potencia.
Así pues, aunque más cara que otras mieles, la miel de Manuka es una miel increíble con propiedades excepcionales. Puedes utilizarla de diversas formas para aprovechar sus fantásticas propiedades: como aplicación cutánea, ingerida tal cual o incluso como pastilla para la garganta o spray a base de miel.
La miel de Manuka es todo un éxito.
La miel procede de la transformación del néctar (sustancia dulce segregada por las glándulas de ciertas flores, las melíferas) que las abejas recogen y luego almacenan en su buche (una especie de bolsa) para llevarlo de vuelta a la colmena. Alternativamente, la miel puede proceder de la melaza de los pulgones, que se compone de los excrementos de diversos insectos (menos glamurosos) y se recolecta de la misma manera. Durante esta fase transitoria entre la flor y la colmena, las enzimas de las secreciones salivales de las abejas actuarán y transformarán este néctar. Una vez que llega a la colmena, la abeja forrajera transfiere su cosecha a una abeja obrera, que lo absorbe y regurgita antes de pasarlo a otra abeja obrera, y así sucesivamente hasta que estos pequeños insectos consideren que el néctar transformado les conviene. ¡Un verdadero trabajo de equipo y de calidad! Para su información, y para ganar partidas alocadas de Trivial Pursuit o Scrabble, esta etapa de transformaciones sucesivas se denomina trofalaxis, literalmente "intercambio de alimentos". En esta fase, el néctar se convierte en miel y las abejas la almacenan en las celdillas de la colmena, secándola con el batir de sus alas. Después sellan las celdillas con cera para conservarla en buenas condiciones: sí, ya que la miel es su principal fuente de alimento, ¡más vale que esté bien conservada y sea de una calidad excepcional!
Es entonces cuando interviene el apicultor. Tras haber prendido fuego a la colmena para alejar a las abejas, retira los cuadros que contienen las celdas, luego se extrae la miel y se almacena a temperatura ambiente en tarros bien cerrados. Por término medio, la producción anual de una colmena de unas 30.000 abejas es de 20 a 30 kg de miel. Para que se haga una idea, 1 kg de miel producido representa el trabajo que realiza una abeja buscadora de alimento durante 200 días, recorriendo 40.000 km y recolectando 800.000 flores.
Su composición varía en función de la flor o las flores recolectadas, de ahí las diferentes denominaciones (miel de flores, miel de montaña, miel de bosque...). Así, existen dos tipos de miel: las mieles uni-florales, elaboradas a partir de una sola especie de flor (o al menos de una especie predominantemente única), y las mieles "todo-florales", elaboradas a partir de, lo reconozco, ¡varias flores!