Apenas el 2º día de caminata y ya la sensación palpitante de quemazón en el zapato... Por supuesto, ¡es una ampolla! Y bien podría estropear el final de sus -ya cortas- vacaciones. Podía sentir la molestia, pero concentrado en su objetivo, sólo importaba el ritmo de la caminata. Sin embargo, es importante tomar medidas preventivas y reaccionar en cuanto sientas la siguiente ampolla. Hemos recopilado algunos consejos para evitar que aparezcan.
Artículos relacionados [Ver]. - Usar aceites esenciales para combatir las ampollas - ¿Cómo se forman las ampollas? - Tratar una ampolla cuando ya se ha formadoLa formación de ampollas es un mecanismo de defensa de la piel cuando es agredida. La epidermis, la capa superficial de la piel, se desprende y forma una ampolla llena de líquido para proteger la lesión cutánea, causada la mayoría de las veces por una fricción repetitiva.
Fricción provocada por nuestros movimientos cuando realizamos una actividad intensa. Con calzado inadecuado para los pies o herramientas para la formación de ampollas en las manos. Amplificando el efecto de la fricción, algunos factores favorecen su aparición: el calor y la humedad. Estos factores confluyen durante determinadas actividades.
Si, a corto plazo, algunas personas esperan ignorar el dolor, se trata de un reflejo que hará que los días siguientes sean especialmente desagradables y dolorosos, y empeorará el estado de la ampolla, que tardará más en curarse. Así que, mejor que tratarlas, es evitarlas aplicando al pie de la letra el famoso adagio: más vale prevenir que curar.
El calzado suele ser la causa de las ampollas.
Usa tus zapatos nuevos poco a poco, para que se adapten a la forma de tu pie. No dudes en alternar mientras se "acostumbran" y no los lleves todo un día al principio. ¿Un consejo? Es mejor comprar los zapatos al final del día, ya que el pie estará más hinchado y no correrás el riesgo de confiar en un par que resulte demasiado estrecho.
En el caso de las botas de montaña, asegúrate de que se ajustan a tus pies, bien atadas. Si están demasiado sueltas, el pie se moverá en ellas y esto dará lugar a un sobrecalentamiento. Pero si están demasiado apretadas, pueden provocar ampollas al concentrar la fricción en determinados puntos.
En cuanto notes los primeros síntomas de que una ampolla se está calentando, coge el toro por los cuernos y reacciona para detener el proceso de formación de ampollas. Cubre la zona con un vendaje grueso que limite la fricción. Cuando vayas de excursión, busca la causa del sobrecalentamiento. Esto puede empezar con una simple gravilla o ramitas en el calzado, calcetines demasiado húmedos, que se arruguen...