Aunque algunos casos de acné requieren claramente una visita al dermatólogo, los más leves pueden resolverse adoptando reflejos preventivos. En efecto, el acné retencional, manifestado por puntos negros y microquistes, es el resultado de la congestión de los folículos, la sobreproducción de sebo y la proliferación de bacterias ya presentes en la piel. En cuanto hay inflamación, granos rojos y dolorosos, adornados con pus, se añaden a la ronda de tu bonita cara. Conozcamos algunos reflejos esenciales que podrían prevenir la mayoría de los acnés leves.
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Cuando se trata de productos para el rostro, ya sean para el cuidado de la piel o cosméticos, es esencial elegir aquellos que se adapten a su tipo de piel y que estén etiquetados como "no comedogénicos". Esto significa que no provocarán la aparición de granos.
No interrumpa el tratamiento en verano. Es frecuente interrumpirlo durante un tiempo, con el pretexto de que el acné ha remitido con la exposición al sol. Pero se trata de una ilusión efímera. En contacto con el sol, la piel se seca y se engrosa, y los granos son menos visibles. Pero en cuanto llega el otoño, ¡es el momento de un brote de acné! Sin embargo, varios tratamientos antiacné no se recomiendan en combinación con la exposición al sol. Infórmate y protege tu piel del sol.
Para quienes se maquillan, es importante desmaquillarse todos los días y limpiar las brochas con regularidad.
En cuanto al afeitado, evite los aftershaves que contengan alcohol y tal vez espacie los afeitados cuando no sean necesarios. Y, por supuesto, para todos, evita tocarte la cara, especialmente los granos de acné, sin las manos limpias.