¿Cuáles son los distintos tipos de acné?

Cuando tienes granos en la cara o en el cuerpo, sin motivo aparente y de forma bastante regular, sabes que el acné ha llamado a tu puerta. Ya seamos jóvenes, adultos, hombres o mujeres, todos hemos pasado por esos famosos periodos de "brotes en la piel" que nos gustaría olvidar... Sin embargo, ¡no todos somos iguales cuando se trata de granos de acné! De hecho, el acné es tan diverso como las víctimas sobre las que se abate. Algunas personas sólo tendrán unos pequeños nódulos, mientras que otras soportarán el paquete completo del acné. De hecho, existen varias categorías de acné, que van de leves a graves.

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Acné leve y grave

La Sociedad Francesa de Dermatología define el acné como "la enfermedad con la que más frecuentemente se enfrenta el dermatólogo". El acné afecta a cerca del 80% de los adolescentes (el 15% de los cuales padecen acné grave) y a cerca del 25% de los adultos, sobre todo mujeres. Se trata de una enfermedad denominada autoinflamatoria: combina alteraciones del funcionamiento normal de la piel y una infección por una bacteria, Propionibacterium Acnes.

El acné se clasifica en 3 tipos, para poder tratarlo mejor:

  • Acné leve
  • Acné medio
  • Acné severo

Estas categorías dependen de varios factores. Por ejemplo, ¿sabías que puedes tener acné en cualquier momento de tu vida? Es cierto que la adolescencia suele ser el foco de esta afección cutánea, pero hoy en día el acné no es sólo una afección juvenil. Puedes estar libre de granos hasta los 20 años y, de la noche a la mañana, tener un brote de acné. Tu hijo puede tener acné "juvenil" y no volver a tenerlo en su vida. Una mujer embarazada puede tener acné durante el embarazo y seguir teniéndolo después. En resumen, la transición a la edad adulta no es necesariamente un refugio seguro para los postadolescentes.

Del mismo modo, la gravedad del acné varía según su localización: el acné estándar sólo afectará a la cara, mientras que el acné grave puede extenderse a la espalda, el pecho, el cuero cabelludo e incluso los brazos. Esto se denomina acné corporal grave.

Por último, la gravedad del acné depende obviamente de su intensidad: hay una gran diferencia entre tener algunos granos aquí y allá y tener una zona cubierta de lesiones. El tipo de lesión también entra en juego: ¿son quistes, espinillas, pústulas, nódulos, etc.?

La influencia del factor psicológico en la intensidad del acné

Dependiendo del tipo de acné, elimpacto en la vida diaria tampoco será el mismo. El lado vicioso del acné es que afecta a zonas de nuestro cuerpo que a menudo nos definen y son difíciles de ocultar (como la cara). Es fácil comprender que no es fácil para un adulto de 30 años lidiar con sus ataques de acné de camino a la oficina cada mañana. Lo mismo ocurre con una madre joven. No mencionaremos el caso de los adolescentes, que se encuentran en una parte de su vida en la que son psicológicamente inestables porque están construyendo una personalidad, y el acné puede ser un gran factor de timidez, pérdida de confianza y seguridad en sí mismos.

Así, dependiendo de cómo se acepte y se experimente el acné, la gravedad variará. Un acné físicamente leve puede convertirse en grave si quien lo padece lo experimenta de forma muy intensa.

Causas del acné grave

Al igual que el acné leve, el acné grave suele tener los mismos factores de aparición, salvo que la piel reaccionará de forma extrema.

  • Genética: Por desgracia, la herencia genética desempeña un papel importante. Si tienes familiares que padecen o han padecido acné grave, es posible que tú también lo padezcas.
  • Inestabilidad hormonal: Las hormonas influyen enormemente en la producción de sebo, responsable de la aparición de granos de acné. Por eso el embarazo y la adolescencia son especialmente propensos al acné. Por eso también se relaciona la toma de la píldora con el acné: algunas píldoras se recomiendan incluso para resolver los problemas de acné estabilizando el entorno hormonal.
  • Dieta: una dieta demasiado grasa favorece mucho la aparición de granos de acné, sobre todo en pieles que ya son frágiles.
  • Ansiedad: ¡la famosa expresión "me salen granos" no existe en vano! En efecto, parece que el estrés estimula la producción de sebo y, por tanto, favorece el acné.

Acné grave y seguimiento médico

En cualquier caso, un acné diagnosticado como grave debe ser acompañado médicamente, en concreto por un dermatólogo, que será la persona más indicada para elegir un tratamiento adaptado a cada tipo de piel, lesión, y por supuesto al paciente. En cualquier caso, no pierdas el ánimo y recuerda que cada acné tiene su propio tratamiento y una forma de adaptarse para hacerlo desaparecer. Un estilo de vida saludable, que incluya hábitos dietéticos y sanitarios estrictos, ayudará a minimizar la propagación de los granos.